(CNN) – El portaaviones USS Gerald R. Ford de 13.000 millones de dólares ya tiene dos años de retraso y enfrenta más demoras luego de que una prueba de sus armas concluyera que barco no está listo para combate, a pesar de que se esperaba que se uniera a la flota de EE.UU. en septiembre.
De acuerdo con un memorando obtenido por CNN y fechado el 28 de junio, Michael Gilmore, el director de evaluación y pruebas operativas del Departamento de Defensa, dijo que el barco de guerra más caro de la historia sigue teniendo problemas al lanzar y recuperar aviones, mover municiones a bordo, controlar el tráfico aéreo y realizar autodefensa.
«Esos cuatro sistemas afectan áreas mayores de operaciones aéreas», escribió Gilmore en su reporte al Pentágono y a los compradores de armas de la Marina Frank Kendall y Sean Stackley. «A menos de que los problemas sean resueltos, esto limitará de forma significativa habilidad del CVN-78 de realizar operaciones de combate».
Arreglar esos problemas podría requerir rediseñar los sistemas de lanzamiento y recuperación de aeronaves, de acuerdo con Gilmore, un proceso que podría resultar en otra demora para el barco, que se esperaba que se uniera a la flota en septiembre de 2014.
La Marina ha operado 10 portaaviones desde el retiro del USS Enterprise en 2012.
Los comandantes dicen que las demoras en el USS Gerald R. Ford han resultado en que los portaaviones operativos extiendan sus misiones para que la Marina pueda cumplir con sus compromisos alrededor del mundo, lo que pone estrés adicional en los marinos y los miembros de las tripulaciones.
El reporte se da a conocer solo días después de que la Marina anunció que el Ford no será entregado en noviembre de 2016 debido a un problema no especificado en las pruebas. En abril, Stackley había dicho al Congreso que el Ford estaría listo para septiembre.
Ahora la fecha de entrega será movida hasta 2017, de acuerdo con la Marina.
«Las pruebas del Sistema Electromagnético de Lanzamiento de Aeronaves fueron completado de manera exitosa en mayo de 2016 y las pruebas del Radar de Banda Dual y del Elevador Avanzado de Armas están proyectadas para ser completadas a tiempo para que se realicen las próximas pruebas en el mar y las primeras operaciones aéreas programadas para principios del próximo año», dijo un funcionario a CNN.
A principios de este mes, el senador John McCain, presidente del Comité de Servicios Armados, criticó la última demora, la que calificó como «inaceptable» y «completamente evitable».
«El programa de la clase Ford es un caso de estudio sobre el por qué nuestras adquisiciones de sistemas deben ser reformadas: casos de negocios poco realistas, pobres estimaciones de costos, nuevos sistemas apresurados a producción, construcción y diseño concurrente y problemas de sistemas de pruebas para demostrar la capacidad prometida», dijo McCain.
El USS Gerald Ford es el primero de tres portaaviones de clase Ford ordenados por la Marina con un costo estimado de 42.000 millones de dólares.
«Luego de que más de 2.300 millones de dólares en sobrecostos han incrementado el costo a casi 13.000 millones de dólares, los contribuyentes merecen saber cuándo en realidad será entregado el CVN-78, qué tanto riesgo de desarrollo queda en el programa, si los sobrecostos continuarán y quien será hecho responsable», agregó.
Pero funcionarios tanto de la Marina como del Departamento de Defensa dicen que los problemas que siguen sin permitir que el súper portaaviones de 335 metros entre en servicio son el resultado de decisiones tomadas cuando el Pentágono se comprometió a construir el avanzado navío en 2008.
«La decisión de proceder con esos tres sistemas fue realizada hace muchos años, antes de su maduración, cuando los enfoques de transformación para su adquisición eran política del Departamento de Defensa», dijo Mark Wright, un vocero del Departamento de Defensa. «Este reporte del Dr. Gilmore clarifica las preocupaciones sobre este programa que él ya había hecho notar».
Como el nuevo diseño de portaaviones en 40 años, el USS Gerald R. Ford incorpora nueva tecnología y sistemas operativos que le permitirán tener una tasa más alta de lanzamientos y recuperación de aviones, reducir las maniobras y mejorar la supervivencia contra amenazas proyectadas.
Pero el elegir integrar y probar sistemas en desarrollo «agudizaron las dificultados inherentes de un diseño primero en su clase» y contribuyeron de forma significativa a las demoras en el programa, de acuerdo con un comunicado de la Marina.
Se desarrolló un programa de pruebas comprehensivo para abordar la integración de esas tecnologías a través del cual «se está logrando progreso en retirar esos problemas técnicos», dijo la Marina.
A la fecha, la construcción en el Ford está 98% completada con un 88% del programa de pruebas terminado.
A pesar de las demoras en la entrega del USS Gerald R. Ford, la Marina dice que los portaaviones de clase Ford lograrán una reducción en los costos por barco de 4.000 millones de dólares comparados con sus predecesores, la clase Nimitz.
El siguiente portaaviones de clase Ford, el USS JOhn F. Kennedy (CVN 79), será puesto en servicio en 2020. Ese barco estaba un 18% completado hasta marzo pasado.
El tercer portaaviones de clase Ford, el USS Enterprise (CVN 80) comenzará a ser construido en 2018.
La Marina espera gastar 81.300 millones de dólares en la construcción de 38 nuevos barcos y submarinos, incluyendo los nuevos portaaviones. Se busca construir un nuevo reemplazo para los submarinos de misiles balísticos de clase Ohio, los submarinos de ataque de clase Virginia, 10 destructores de clase Arleigh Burke y varios buques de superficie más pequeños.
El objetivo de la Marina es tener una fuerza de batalla de 308 barcos para 2012, de acuerdo con Stackley.