Dicen que es la profesión más antigua que se conoce, que es practicada en cada confín del planeta y detrás de la que se ha construido un terrible y descarnado sistema de explotación del ser humano. La prostitución ha roto paradigmas y esquemas, está en las calles literalmente y en los rincones menos pensados de nuestras ciudades, es practicada por quienes lo hacen por necesidad, para vivir y por quienes solo buscan una manera fácil y lucrativa de generar ingresos. Si esta actividad fuera decisión de quien la practica, habría que revisar que parámetros morales y sociales quiebra y que normas legales violenta, lo realmente serio y preocupante es que en la gran mayoría de los casos quienes se involucran en la prostitución caen en un submundo que es dominado por temibles organizaciones criminales que se dedican a la trata y tráfico de personas y al narcotráfico.
La prostitución resulta no ser el medio de vida que se buscaba para sí mismo, por el contrario es un medio a través del cual se encuentra la esclavitud y la muerte. Son otros los que viven gracias a la explotación de las personas inmiscuidas en esta práctica, a las que presionan, amenazan y lastiman para que “cumplan con su trabajo” y entreguen lo ganado a cambio de unamentirosa protección. La lacra de la prostitución ha llegado a niños y niñas del mundo entero que son víctimas del robo de esa hermosa etapa de la vida y sometidos a experiencia abominables.
En Tarija este “negocio” ha ido creciendo de manera sorprendente, hasta hace unos años atrás se conocía de algún local nocturno donde trabajaban las “señoritas del amor”, luego aparecieron los locales de citas disfrazados de karaokes que cundieron velozmente, de alguna manera están en toda la ciudad pero muchos en un especie de “zona rosa” a vista y paciencia de todos. También son parte de la realidad las que trabajan ennuestras calles , sin ningún control.
Ante esta evidencia surgen, inevitablemente, preguntas: ¿el funcionamiento de estos locales está regulado?, ¿el mu
Pero habría prostitución si nosotros mismos no la promoveríamos?, si la decadencia de nuestra cultura no exigiría placeres de esta naturaleza, ¿habría lugar para delincuentes explotadores de personas?. Si no habrían “enfermos” que para satisfacerse buscan y piden menores de edad, ¿será que millones de niños estarían hoy expuestos a semejante vivencia en el mundo?. El mal está dentro nuestro y cada vez que requerimos los servicios de “Silvia”, “Angelina” o “Cassandra”nos convertimos en cómplices de una de los más deplorables y lucrativos negocios.