Noticias El Periódico Tarija

Jimmy Ortiz Saucedo

 Bolivia es el país del eterno comienzo, todo político que llega al Palacio Quemado lo plantea. El complejo de Adán es uno de los males que nos tiene anclados al Tercer Mundo.

Aunque nos han gobernado todas las tendencias políticas imaginables: derecha, izquierda, centro y populismo; e incluso El Plan Cóndor y El Plan Evo, siempre es la misma vaina, con sus más y sus menos.

Bolivia necesita definir políticas de Estado con un amplio consenso ciudadano, que dirija nuestras vidas por muchos años, como sucede en todos los países avanzados del mundo; incluso en el vecindario continental. Solo una visión de largo plazo hará que dejemos de ser la cenicienta sudamericana.

Necesitamos un verdadero proceso de cambio, un auténtico Contrato Social en democracia, que exprese una clara visión de país donde todos nos sintamos parte. No como el “contrato” de la Calancha, manchado con sangre boliviana, imposiciones e ilegalidades.

Sugiero a continuación algunos elementos básicos para este Contrato:

1) Tenemos que cambiar de la seudodemocracia a la democracia verdadera. La democracia que soñaron los políticos del continente y la plasmaron por unanimidad en La Carta democrática Interamericana de la OEA. Esta es la única democracia, el saldo son cuentos chinos.

2) Tenemos que cambiar de la híper corrupción a la ética. Nunca más un FONDIOC, ni un Zapata-CAMC. Necesitamos revolucionar el comportamiento de la clase política.

3) Tenemos que cambiar de una pésima calidad de la educación a una educación de excelencia, que nos permita entrar en la economía del conocimiento, y nos aleje de la economía de las materias primas. La educación es la única forma de salir de la pobreza con dignidad.

4) Tenemos que cambiar de una justicia altamente politizada, a una justicia independiente. Esto es necesario no solo para la población en general, sino para los propios políticos, porque cualquier rato la tortilla se vuelca y los verdugos se transforman en víctimas.

5) Tenemos que cambiar de una economía de izquierda o derecha a una economía no dogmática, donde coexista la empresa pública, privada, social y mixta, compitiendo en igualdad de condiciones por la preferencia popular. Es el pueblo el que tiene que decidir, no los políticos.

 6) Tenemos que cambiar de un medioambiente en plena destrucción, a un respeto absoluto de nuestra bella naturaleza. No es posible que se plante coca en las áreas protegidas, y el Lago Titicaca tenga heces fecales.

7) Tenemos que cambiar de un descontrol en la cadena coca-cocaína, a una lucha frontal contra la ilegalidad y los carteles internacionales, con apoyo de las naciones del mundo a quienes perjudicamos.

8) Tenemos que cambiar de un país plurinacional de mentira a uno de verdad, donde se reconozcan las diferentes naciones que componen Bolivia, se las respete y se las fomente. No más imposición de ninguna de ellas sobre las otras.

Esto si será un verdadero proceso de cambio, sin demagogias populistas.