(ABI).- Las gobernaciones tienen querellas rentistas que se asemejan mucho a las demandas sindicales porque no tuvieron la capacidad de planificar y de ser productivos, para aumentar sus recursos económicos pensando en el desarrollo y el futuro de sus regiones, afirmó el martes el vicepresidente, Álvaro García Linera.
En una conferencia de prensa, dijo que no hay justificación para que asuman medidas de presión porque las transferencias del Gobierno se han mantenido, pero insistió que ninguna Gobernación ha tenido la previsión de crear empresas productivas que mejoren sus ingresos, como lo hizo el Gobierno central en los últimos diez años, planificación que permite enfrentar con una buena «musculatura económica» la crisis internacional por la caída de los precios internacionales de las materias primas, sobre todo del petróleo.
«El gran problema que están enfrentando las gobernaciones es su falta de planificación, su falta de precisión y su incapacidad por haber generado recursos propios, la improvisación total ha regido a buena parte de las gobernaciones y claro sometidas al precio del petróleo ahora que hay menos ingresos por el petróleo y el gas, vuelven a exigir al Gobierno central», explicó.
García Linera comparó la administración de una familia con la administración del Gobierno al recordar que un padre de familia debe preocuparse de cómo generar ingresos para pagar sus gastos y no esperar para vivir de lo que le «provee Dios o el Gobierno» y aseguró que el Gobierno actuó de esa forma desde 2006, planificando de que vivir y cómo encarar el desarrollo.
Explicó que por esa razón se determinó nacionalizar los hidrocarburos e invertir en hidrocarburos, nacionalizar la electricidad e invertir en electricidad, nacionalizar Entel e invertir en Entel y aseguró que Bolivia está ahora viviendo de esa planificación estratégica del Gobierno central, que ha permitido «darle al Estado estabilidad económica» y crecimiento sostenido del 5% en los últimos diez años.
«Que han hecho las gobernaciones, recibir plata y gastársela, recibir plata gastársela, y no planificar. Las consecuencias de esa improvisación, de esa flojera planificadora son ahora que les están pidiendo al Gobierno central más recursos, el Gobierno da el dinero que corresponde», argumentó.
Insistió en que la actitud de las gobernaciones es rentista y dijo que ojalá fuera una querella «productivista» para debatir el futuro de las regiones y remarcó que esa actitud se asemeja más a un sindicato, cuando una autoridad no debería reclamar de esa forma, sino pensar y generar sus propios recursos.
El segundo del Ejecutivo boliviano dijo que si el Gobierno habría tomado esa actitud, como lo hacían los «gobiernos neoliberales», en estos momentos estaría quejándose al mundo y viajando «para pedir limosna».
«Vivimos de la plata que están generando las empresas productivas del Estado, sino tuviéramos empresas productivas del Estado estaríamos con una mano por delante y otra por atrás, viajando a París o a Nueva York a pedir limosna, eso lo hicieron todos los otros presidentes, sin excepción, nosotros no porque somos bolivianos dignos», sentenció