Noticias El Periódico Tarija

Marcelo Ostria Trigo

 Una publicación de la Organización de las Naciones Unidas reafirma que la promoción del Estado de Derecho en los planos nacional e internacional, es “uno de los aspectos esenciales de la misión de las Naciones Unidas”. Ratifica también que “el respeto del estado de derecho es fundamental para lograr una paz duradera después de un conflicto, para proteger eficazmente los derechos humanos y para lograr un progreso y un desarrollo económicos sostenidos. El principio de que todos —desde el individuo hasta el propio Estado— deben ajustarse a leyes que se promulgan públicamente, se hacen cumplir por igual y se aplican con independencia es un concepto fundamental que impulsa gran parte de la labor de las Naciones Unidas”.

El propósito, así enunciado, es inobjetable. Pero resulta desvirtuado cuando se elige a representantes de gobiernos antidemocráticos y violadores de la ley, la democracia y los derechos ciudadanos, para integrar el Consejo de Derechos Humanos de las NN.UU. En efecto, es incomprensible que se haya elegido como miembro a Arabia Saudita, que niega la libertad política, religiosa y de prensa. Es más: se informa que científicos saudíes avalados por el poder monárquico, llegaron al disparate de afirmar —dizque como resultado de una investigación— de que la mujer es realmente  mamífera, pero no un ser humano.

 También fue un despropósito elegir al gobierno de Cuba como miembro del Consejo, pues se sabe que el régimen castrista manda apalear en las calles a mujeres opositoras (las Damas de Blanco) y apresa a disidentes; que no hay libertad de prensa, y que tiene un  régimen de partido único, por lo que no permite elecciones libres y plurales, es decir con la participación de partidos fuera del oficial

 Resulta, asimismo, objetable la elección del gobierno de Nicolás Maduro de Venezuela, cuando se sabe que este comete  una infinidad de abusos contra sus ciudadanos, desconoce la institucionalidad democrática y no respeta a una asamblea legislativa electa por el pueblo al que el régimen está llevando a la desesperación por la carencia de alimentos y de medicamentos.

 Estos son tres ejemplos —hay más— de gobiernos autoritarios y violadores de los derechos humanos electos para integrar el Consejo, con la absurda idea de que el principio de no intervención da carta blanca para el abuso y la violencia contra un pueblo.

 Este año se elegirá un nuevo Secretario General y es de esperar que procure que la ONU haga que se respeten los derechos humanos y la democracia en el mundo.