RIO DE JANEIRO
Banderas de todos los países adornan los muros de una Villa Olímpica que empieza a llenarse a capacidad con atletas de todo el mundo, mientras miles de funcionarios, periodistas y visitantes desembarcan a diario a Río de Janeiro.
A tres días de la ceremonia inaugural, Río pone a prueba sus accidentados preparativos para los Juegos Olímpicos. Y parece que, con su tradicional «jeitinho» brasileño, ese arte de dejarlo todo para lo último y resolver con ingenio y viveza, la ciudad luce lista para la gran fiesta.
«Todo está engranando», afirmó el presidente del COI, Thomas Bach, al comentar sobre los problemas eléctricos y de plomería que afectaron a algunas delegaciones al arribar la semana pasada a la villa olímpica y que poco a poco fueron arreglándose.
«Cuando salí de Europa hace ocho días, había noticias sobre la situación de la villa», agregó. «Miren ahora, una villa fantástica con instalaciones espléndidas».
Mark England, jefe de la delegación de Gran Bretaña, recordó que no es sencillo prepararse para recibir a más de 11.000 atletas, entrenadores y personal técnico en una villa completamente nueva.
«Tengo la fortuna de haber vivido en siete villas olímpicas, y cuando tienes un pueblo del tamaño de Dorking (en Inglaterra. Población: 11.185) que, mudándose de un día para otro, siempre habrá problemas», señaló.
La construcción de las sedes nunca sufrió grandes retrasos, a diferencia de la Copa del Mundo hace dos años, cuando el estadio de Sao Paulo fue terminado a pocos días antes del partido inaugural. El velódromo de ciclismo fue el único escenario con ciertos atrasos, pero el lunes estaba listo y sólo le faltaban detalles cosméticos.
En el Estadio Olímpico donde se realizará el atletismo y parte del fútbol, algunos empleados daban los toques finales de limpieza el martes.
La transportación, un dolor de cabeza diario para el carioca promedio, hasta ahora ha sido eficiente para el personal olímpico que se traslada por carriles exclusivos en autobuses con aire acondicionado y equipados con internet inalámbrica. Río incluso terminó a última hora una extensión de su red del metro que conecta la zona de Barra da Tijuca, donde está localizado el Parque Olímpico y la mayoría de las sedes, con el resto de la ciudad donde se ubican puntos turísticos como Copacabana e Ipanema.
Por supuesto, son beneficios exclusivos para personal con credencial olímpica, ya que el trayecto nuevo está vetado para el resto de los usuarios.
«Todavía estamos evaluando la situación (de la transportación), pero llevamos considerándolo desde hace dos años, y puede que haya algunos puntos problemáticos», comentó England.
Por supuesto, hay ciertos problemas que Río sencillamente no podrá resolver a tiempo.
La contaminación en la Bahía de Guanabara y la Laguna Rodrigo de Freitas —sede de las pruebas náuticas, natación a mar abierto y otras competencias— se mantiene a niveles peligrosos para la salud, como reveló The Associated Press en una serie de estudios al agua durante 16 meses.