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(INFOBAE) La insólita polémica que protagonizó el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, al confrontar los padres de un soldado musulmán caído en Irak, causó una tormenta política que provocó que nuevamente salieran a la luz las excusas que el empresario esgrimió durante su juventud para eludir su participación en la guerra de Vietnam.

En momentos en que Estado Unidos desplegaba contingentes de jóvenes soldados en el sur asiático -unos 300.000 hombres-, Trump fue eximido de llevar a cabo el servicio militar y unirse a las filas del Ejército involucrado en la Guerra de Vietnam.

«Busque las tumbas de los patriotas valientes que murieron en defensa de Estados Unidos de América. Y verá todos los credos, géneros y etnias. Usted no ha sacrificado nada ni a nadie», le dijo durante la Convención Nacional Demócrata Khizr Khan, cuyo hijo murió en Irak en 2004 por un coche bomba.

No es el primer incidente de esa índole. Tiempo atrás, el multimillonario declaró sobre el senador republicano por Arizona John McCain, quien estuvo prisionero en Vietnam: «No es un héroe de guerra. Es porque fue capturado que es un héroe de guerra. Yo quiero a la gente que no fue capturada».

Trump, quien durante toda su juventud presentó una historia clínica intachable, recibió en el 1968 un diagnóstico que cambiaría su destino: osteofitos, más comúnmente llamado espuela de hueso, una excrecencia ósea de calcio acumulado ubicada, en su caso, en los talones.

Esa fue una de las cinco prorrogas que logró Trump. Las demás fueron relacionadas con su educación, según una investigación de The New York Times.

Obtuvo las dos primeras cuando estudiaba en Universidad de Fordham, en 1964 y 1965, la tercera en 1966, y la cuarta a principios de 1968, unos meses antes de graduarse de la Escuela de Negocios Wharton, en la Universidad de Pennsylvania.

A mediados del mismo año, recibió su quinta prórroga y fue clasificado como apto para el servicio militar «sólo en caso de emergencia nacional».

En una entrevista del mes pasado con The New York Times, Trump dijo que los espolones óseos habían sido «temporales», una enfermedad «menor» que no había tenido un impacto significativo. El candidato a la presidencia no podía recordar el nombre del médico autor de la carta que le permitió conseguir la exención médica.

Su equipo de campaña tampoco contestó a los reiterados pedidos de copia de la misiva en cuestión.

En su biografía «La verdad sobre Trump,» el autor, Michael D’Antonio, describió que en una ocasión el magnate exhibió una pequeña protuberancia en sus talones. Y durante una conferencia de prensa el año pasado, según consigna The New York Times, el republicano no podía recordar cuál de sus talones había sido afectado, lo que llevó a su equipo de campaña a difundir un comunicado detallando que se trataba de ambos.

Por muchos años, Trump afirmó que lo determinante para mantenerlo fuera de la guerra fue la suerte de tener un número alto en el sorteo del servicio militar, más que el aplazo médico. Pero los registros del Servicio Selectivo, obtenidos a partir de los Archivos Nacionales, sugieren lo contrario. Trump había quedado exento antes de que el proyecto de lotería comenzara en diciembre de 1969.

Debido a su exención médica, su número de lotería habría sido irrelevante, dijo Richard Flahavan, un vocero del Sistema de Servicio Selectivo, que ha trabajado para la agencia durante tres décadas.