AMSTERDAM
En su peor momento, cuando la quimioterapia había dejado a Thomas Van der Plaetsen calvo y débil a los 23 años, su hermano, entrenador y fan Michael pensaba que sus posibilidades de regresar eran minúsculas. Ahora, un año y medio después, va a los Juegos Olímpicos de Río como campeón europeo de decatlón… y con todo su pelo.
El hecho de no ganar medallas sería lo menos importante. El regreso a la rigurosa competencia de 10 eventos que corona al «atleta más grande del mundo» es su mayor victoria.
«Fue un largo camino», dijo el belga. «Si puedo llegar y convencer a una sola persona que conserve el optimismo en semejante situación, lo consideraré una victoria».
Aunque la vida le había propinado varios golpes fuertes —su padre murió de cáncer cuando él tenía 20 años—, iba camino a la gloria en 2014 cuando ganó una medalla de bronce en los campeonatos mundiales de atletismo bajo techo.
Pero poco después recibió una carta de las autoridades antidopaje: le notificaban de un resultado anormal en el test de la hormona HCG, que suele indicar dopaje. La prensa belga se percató del resultado, y cundieron los rumores de que un atleta más no era lo que había prometido ser.
Pero Van der Plaetsen sabía que no había ingerido sustancias prohibidas y buscó otra explicación. Así descubrió que tenía cáncer de testículos.
Para un hombre y un atleta, las dos posibilidades eran aterradoras, ya que significaban el probable final de su carrera y una drástica alteración de su vida. Pero como sospechoso de dopaje, le obligó a declarar públicamente su enfermedad.
A esto siguieron la operación para extirpar el tumor y tres meses de quimioterapia.
Tres meses después, reapareció como atleta para recibir la «Espiga de Oro» belga por su medalla de bronce en los campeonatos bajo techo.
Por pura fuerza de voluntad, decidió regresar. Fue ahí cuando su hermano Michael empezó a cumplir su gran papel. No cualquier entrenador es capaz de dar ánimos a alguien que ha superado un cáncer.
Michael sabía que su hermano necesitaba competir. Después de un duro entrenamiento en Sudáfrica, lo inscribió para defender su título de los Juegos Mundiales Universitarios del año pasado. Y lo logró. Era una pequeña esperanza para llegar a los Juegos Olímpicos. Sufrió un revés cuando quedó en 14to lugar en los campeonatos mundiales del año pasado.
Van der Plaetsen empezó a tener problemas en el codo, una enorme desventaja en los lanzamientos de jabalina y bala. Tuvo que postergar la clasificación hasta los campeonatos europeos en Amsterdam a principios de julio.
Entonces no solo se clasificó sino que obtuvo la medalla de oro europea. Pero a pesar de la felicidad, sabía que rivales importantes no se habían inscripto porque querían concentrarse en la preparación para Río. Además, quedó 37 puntos por debajo de su mejor marca personal de 8.255.
La aspiración de Michael es que su hermano supere su récord personal en Río.
«Simbólicamente sería extraordinario terminar la temporada con la prueba de que está mejor que nunca».