Noticias El Periódico Tarija

La dirigencia campesinas anuncia que la próxima semana llevará adelante un ampliado departamental en el que seguramente se decidirán medidas de presión rechazando el Decreto promulgado por el Gobernador Adrián Oliva sobre el PROSOL, una norma que le quita la calidad de programa desconcentrado y le da la condición de Unidad dependiente del Servicio Departamental Agropecuario (SEDAG). Según la explicación brindada, con la intención de que se apegue a un plan departamental que oriente la administración y destino de los recursos económicos, talón de Aquiles que lo volvió permeable a la corrupción y el despilfarro.


Es mucho dinero el entregado bajo este concepto y pocos los resultados visibles y tangibles, según la gobernación serían Bs. 1500 millones destinados al pago de un monto determinado por familia campesina durante la última década, nuestros números dicen que serían $us 150 millones más o menos, que igual es una enorme cantidad con la que se podía haber revolucionado el agro y la vida de la gente del campo. Eso no sucedió, más bien echó por tierra el concepto de siempre sobre que nuestros campesinos son honestos, francos y directos, por culpa de algunos «vivillos» hoy no se ve ni se habla igual de ellos, el dinero del gas asfixió esa imagen pura y sana.

Se debe entender que así no se puede seguir, es muy importante que los dirigentes del sector no asuman posiciones radicales y estén dispuestos a una mirada hacia adentro, la intransigencia no puede ser parte de esta etapa, de ninguna manera y en ninguna de las partes. No es tiempo de radicalismos ni de posiciones sin razones o argumentos. También es preciso que los técnicos de la gobernación expliquen con verdad y transparencia por delante, la realidad del Departamento y las maneras que permitirán la continuidad del programa, respaldado por una ley nacional,  tal vez con menos recursos pero posiblemente con mejores resultados, no se trata de enfrentarnos entre citadinos y campesinos, por el contrario, consiste en encontrarnos y comprender que vivimos en la misma tierra y nos necesitamos. Saber que es posible obtener mejor provecho y dinamitar el campo transformando la vida de personas de mucho esfuerzo y trabajo.