(INFOBAE) Unos 28 diputados opositores nicaragüenses fueron despojados de su escaño por un supuesto desacato al partido bajo cuya bandera fueron elegidos. Se trata, en los hechos, de la entrega al presidente Daniel Ortega del control total del Parlamento.
El presidente del Partido Liberal Independiente (PLI), Pedro Reyes, dijo a AFP que «son 28 diputados, 16 titulares y 12 suplentes, los que se van» por una resolución del Consejo Supremo Electoral (CSE).
Los legisladores destituidos respondían al liderazgo del diputado Eduardo Montealegre, quien en junio también perdió la dirección del PLI por un fallo del Poder Judicial que entregó el mando a Reyes, en medio de una disputa entre facciones partidarias.
El PLI, que fue aliado del disidente Movimiento de Renovación Sandinista (MRS) en los comicios de 2011, obtuvo 52 escaños entre titulares y suplentes.
Cuatro de los destituidos pertenecen al MRS, entre ellos el ex canciller sandinista en la década de 1980 Víctor Hugo Tinoco y Enrique Sáenz, ambos titulares.
Los legisladores desconocieron la sentencia judicial y rechazaron los llamados de Reyes a acatar sus directrices, ante lo cual solicitó al CSE que les retirara sus credenciales como diputados.
Aunque los destituidos no han sido formalmente notificados de la decisión, la administración de la Asamblea Legislativa les dijo que ya no recibirán salario ni podrán ocupar espacio en el edificio del congreso, según el diputado Eliseo Núñez, uno de los separados.
La oposición considera que la acción del CSE responde a maniobras del presidente Daniel Ortega para debilitar posibles rivales de cara a los comicios de noviembre, en los que el mandatario aspira a la reelección.
«Ortega, mostrando su verdadero rostro de dictador, mandó a destituir a 16 diputados (propietarios) opositores que no se le doblegaron, ni se vendieron», escribió en su cuenta de Twitter la disidente sandinista Dora María Téllez.
«Mis respetos a los 16 diputados destituidos, incluidos los del MRS sacados por no agachar la cabeza, ni venderse», añadió.
Hasta ahora, sin embargo, no queda claro cuál será la estrategia de la oposición tras quedar fuera de la competencia electoral y sin su principal fuerza: la representación parlamentaria. De acuerdo con un artículo de El País, algunas voces abogan, desde el interior del movimiento opositor, por un cambio de estrategia y un nuevo liderazgo.