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(INFOBAE) El papa Francisco emprende hoy su viaje a Cracovia, donde permanecerá hasta el 31 de julio, para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), particularmente apenado por el ataque a una iglesia en Ruán (Francia) mientras se celebraba una misa y donde dos supuestos islamistas mataron al anciano sacerdote.

El portavoz del Papa, Federico Lombardi, expresó ya el «dolor y horror» que sintió en pontífice argentino tras conocer la noticia y después en un telegrama firmado por la Secretaría de Estado del Vaticano se expresó que el Papa estaba particularmente afectado por los hechos.

El Papa podría en el avión con el que viajará a Cracovia. Saldría de Roma a las 12 GMT -9 de la mañana en Argentina- y tal vez hable con los periodistas que le acompañan sobre el ataque en el que murió Jacques Hamel, de 84 años. Si se confirman las reivindicaciones, se trataría del primer ataque de matriz islámica contra un objetivo católico en Europa.

Este es el decimoquinto viaje internacional del Papa y el primero que realiza al corazón de la Europa católica, aunque el motivo sea la celebración de la JMJ, que comenzó con una misa en la que se recordó lo sucedido en Normandía y por lo que el arzobispo de la ciudad, Dominique Lebrun, abandonó inmediatamente Cracovia para regresar a su diócesis.

En Polonia, Francisco tiene un programa repleto de actos y en los que pronunciará 10 discursos en italiano, excepto uno en español, y entre los que destacan la misa que celebrará en lugares símbolo de la tradición católica como el santuario de Jasna Góra, en Czestochowa, sus visitas al santuario de la Divina Misericordia y al dedicado a Juan Pablo II.

Después participará en los actos relacionados con la JMJ como al Vía Crucis, la vigilia y la misa final con los jóvenes.

Mientras que el 29 de julio, como ya hicieron Juan Pablo II y Benedicto XVI, recorrerá en silencio los campos de exterminio nazi de Auschwitz y Bikernau, donde encontrará a algunos supervivientes.

La fiscalía de la ciudad polaca de Lódz (centro) informó este domingo del arresto de un ciudadano iraquí, de 48 años, por posesión de material explosivo, aunque hasta el momento no existen evidencias de que se trate de un presunto terrorista.

La detención llega un día antes de que comience en Cracovia la Jornada Mundial de la Juventud, con cientos de miles de peregrinos de todo el mundo y dos días antes de la llegada al país del papa Francisco para participar en el evento.

El iraquí, quien no tiene dirección permanente en Polonia, permanecerá en detención preventiva los próximos dos meses y podría ser condenado hasta a ocho años de prisión por tenencia ilegal de explosivos, según señalo la fiscalía.

El ministro del Interior polaco, Mariusz Blaszczak, aseguró que no hay constancia de que exista amenaza terrorista en Polonia.

Blaszczak también volvió a culpar a las políticas del multiculturalismo como responsable de la situación de inseguridad que vive Europa.

«Para mí no hay duda de que los problemas que ahora enfrentan nuestros vecinos son el resultado de décadas de política de inmigración, de la política del multiculturalismo y de que se ha venido aceptado durante años a inmigrantes de Oriente Medio y Norte de África que no se integran en la sociedad europea», afirmó.

Ante la inminente llegada del papa este miércoles las autoridades polacas han introducido el primer nivel de alarma nacional, aunque el titular de Interior precisó que esta decisión no responde a ninguna amenaza concreta, sino que se trata una medida preventiva que reforzará la presencia de las fuerzas de seguridad y evitar posibles incidentes.

A la seguridad interior se suma el restablecimiento por un mes de los controles en las fronteras con sus vecinos de la UE -Alemania, República Checa, Eslovaquia y Lituania- así como en los puertos marítimos y aéreos.

Desde que la Secretaría de Estado de Estados Unidos advirtió del riesgo de atentado terrorista durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Cracovia, la ciudad se ha blindado para recibir al papa Francisco y a los cientos de miles de peregrinos que le acompañarán entre los días 27 y 31 de este mes.

El pasado mayo Washington emitió una alerta de viaje para sus ciudadanos ante «el riesgo de potenciales ataques terroristas» contra «grandes eventos y sitios turísticos» en Europa e hizo referencia a tres grandes acontecimientos: el Tour de Francia, la Eurocopa y las Jornadas Mundiales de la Juventud en Cracovia.

Este aviso y los últimos atentados en Francia y Bélgica han hecho que varios miles de peregrinos cancelen su asistencia a la JMJ, aunque desde el Ministerio del Interior de Polonia se reitera que no existe amenaza de terrorismo y se asegura que Cracovia estará blindada durante la presencia del papa Francisco.

En el dispositivo de seguridad participan 20.000 policías, además de 5 helicópteros, varios retenes de bomberos, agentes de la Oficina de Protección del Gobierno y guardas fronterizos, con un presupuesto de cerca de 19 millones de euros.

«La seguridad supone un enorme desafío logístico para nosotros», ha dicho el responsable policial Jan Lach, quien reconoce que se trata de una «operación histórica» por su envergadura y su repercusión internacional.
Lach ha subrayado que la policía ha hecho varios reconocimientos de las ceremonias que tendrán lugar, y asegura que «los agentes están entrenados, preparados y son completamente profesionales y capaces de proporcionar a los participantes la total seguridad».

El trabajo de la policía polaca recibió el visto bueno del jefe de la Gendarmería Vaticana, Dominico Giani, quien visitó los lugares que recorrerá el Papa durante su estancia en Cracovia.

«La evaluación ha sido positiva, y el Vaticano no ha puesto ninguna objeción al dispositivo de seguridad», explicó tras esa visita el Secretario General del Comité Organizador de la JMJ 2016, el padre Grzegorz Suchodolski.

Mientras, las autoridades piden colaboración a los ciudadanos por los constantes controles policiales, que incluyen visitas a viviendas aledañas a los eventos organizados para saber si estarán habitadas durante la JMJ e incluso hacia dónde están orientadas sus ventanas, «todo para evitar cualquier incidente», ha precisado el portavoz local de policía, Mariusz Ciarka.

Además del dispositivo de seguridad en Cracovia y el resto de emplazamientos que visitará el Papa Francisco, Polonia restableció los controles en sus fronteras comunitarias, en los puertos y aeropuertos, el pasado 4 de julio, en vísperas de la cumbre de la OTAN, y los mantendrá hasta que concluya la JMJ.

Para facilitar esa vigilancia, los aeropuertos de Cracovia-Balice y Katowice-Pyrzowice contarán durante la JMJ con agentes de fronteras de Portugal e Italia (en el primero de los casos) y de Bélgica y España (en el segundo).

Los controles, vigentes hasta el 2 de agosto, se realizarán de manera aleatoria a individuos seleccionados en base al análisis de riesgos y la información proporcionada por los servicios de otros países, según explicó el ministerio del Interior polaco.

Polonia también ha reforzado los controles en sus fronteras con el enclave ruso de Kaliningrado y Ucrania, desde donde se prevé que podrían llegar cerca de 200.000 peregrinos.

Más de 360.000 jóvenes de todo el mundo han confirmado su participación en las Jornadas de la Juventud, entre ellos 30.000 españoles, aunque la organización cree que el número final de asistentes será mucho mayor y estiman que puede superar el millón de fieles.