Winston Estremadoiro
Una frase ocurrente de Alejandro Dumas (padre), fue “cherchez la femme”, que sugería buscar a la fémina en todo entrevero. En la reciente escena boliviana resaltan los líos de la Zapata, no la desenvuelta Gabriela, clavo y canela que Jorge Amado describiera. ¡Cómo va a ser canela con cabello platinado y labios quizá llenos de botox imitando a la Jolie! Clavo es, y no de olor, que hiere la investidura presidencial con el tráfico de influencias que la bragueta provocó.
Ha amainado el temporal, como también escasea el escándalo del Fondioc y el rol que pudiera haber jugado la “femme”. En este caso la tierna hija de la Achacollo, entregada con nalgas y todo –y no para educarla a cimbronazos, salvo alguna palmadita por ahí. De cuando en vez, sale alguna mención de Nemesia, la madre. La recompensaron como mandamás de la cueva de ladrones en que se convirtió el fondo millonario de dinero para ayudar a los indígenas, que sólo repletó bolsillos de capos y “capas” –redundar está de moda– “originarios”, tal vez porque ser corrupto desconoce linderos étnicos.
¿Será que el poder altera la forma de ser de las personas? Un documental del Discovery Channel sobre Fidel Castro mencionaba sus nueve hijos en varias mujeres. Leo el grueso (1.030 páginas) Mao: la historia desconocida de Jung Chang y Jon Halliday y me entero de las cuatro esposas y seis hijos, de un líder idealizado después.
Bolivia también está tatuada por un mandatario conocido por rijoso, que es un adjetivo antaño referido a los caballos y por si acaso indica “que se excita a la presencia de la hembra”. Evo Morales tiene un historial de affaires que daría envidia a galanes. Sin contar “cuetillos”, resaltan una activista nacional, una mexicana, una suiza, una “culo entalcao” que es como en mi tierra llamamos a las damas de alcurnia, real o pretendida.
La “Achacollito” quizá antecedió a la última resaltada, cuando aún no era “capo di tutti capi”. La flaca de apellidos ilustres quizá ya era favorita de turno al asumir su alto cargo y condenar sin derecho a defensa en su discurso de posesión, al infortunado superior de la que cedió a sus gustillos en el ring de las cuatro perillas, Sofocleto dixit.
¿Fue amor a primera vista, diría Corín Tellado? ¿Fue seducción facilitada por el poderoso afrodisíaco del poder, decía un estadista tarijeño? ¿La danza de Salomé ocurrió frente al trono de Herodes para beber champán de “coimisiones” podridas y saborear manjares de poder arbitrario en la mesa del entorno íntimo del rey, como recelarían teorías conspirativas? Se apilaban estos pensares como basura espumosa en un meandro del río Rocha.
“Cherchez la femme” y he aquí que en la incubadora de empresas estatales estaba Salomé, quizá ya sin los 7 velos que hicieran delirar. Once proyectos zarandeados por falta de análisis de factibilidad, en lugar dictado a dedo, sin materia prima, mercados lejanos sujetos a transporte caro, competencia desleal, o apropiación indebida de iniciativas en curso. Marquen uno o todos en test de selección múltiple.
Mueve a sospecha el concepto mismo de algunos. Producir abono de lombrices, ¿no es destreza que debería fomentarse en el labriego, tal vez como actividad suplementaria? Igual va para la producción de miel: uno o dos cajas deberían asolearse en sus parcelas, quizá inspirando que planten melíferas. Si requieren servicios de apoyo vertical, ¿por qué no valerse de esfuerzos privados, como la de un amigo que aprendió en Argentina y creó Apisbol? Si de semillas se trata, ¿por qué despreciar al campesino sabio por generaciones? ¿Acaso introducen o mejoran cultivos en el agro?: esa es función de oficinas de tecnología agrícola del Ministerio de Agricultura.
Mueve a risa cruel el desarrollo de otros. La planta lechera de Ivirgarzama se originó en un despojo a gringos que se hicieron a los suecos; las de Achacachi y Challapata no tienen sentido, si la mayoría de la gente sufre de intolerancia a la lactosa. ¿Cómo no va a ser insolvente Cartonbol, si la única materia prima en Villa Tunari es el chume (vegetación secundaria), de especies sin fibra como el ambaibo? Casi todos los escolares riberalteños han quebrado castaña en sus vacaciones desde hace años, pero estoy seguro que la jefa de la Empresa Boliviana de Almendra (EBA) ni sabe quebrarla en la parte fija de la puerta. Demanda en subida, la castaña era tan rentable que empresarios cochabambinos la traían en lancha hasta Puerto Villarroel y luego al valle seco de la “llajta”. No precisaba “incubación” alguna.
Dicen los entendidos que un defecto de la “incubadora de empresas estatales” es la gestión administrativa. Cómo no, si su mandamás tiene en su currículum la renegociación a pérdida de las carreteras Uyuni-Potosí-Tarija y la asesina del Tipnis, la Villa Tunari-San Ignacio de Moxos. Unas con chambonadas onerosas; todas sobrevaluadas fueron adjudicadas a una empresa brasileña de frondoso prontuario, por la entonces golpista de la entidad de caminos escamoteada a su probo jefe. La gerente de EBA era su compinche, que quizá gasta millonadas en viajes a La Paz donde su marido es otro capo. Sus gastos son consignados seguramente como “apoyo a la empresa”. Así hasta sembrar papa en la luna es rentable.