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Unos 49.000 niños morirán por desnutrición en zonas de Nigeria que han quedado aisladas por los violentos ataques de los extremistas islámicos de Boko Haram, si no reciben tratamiento a tiempo, advirtió la agencia de Naciones Unidas para la infancia (Unicef).

Unicef pidió a diferentes ONG y donantes que respondan con rapidez a su llamado para evitar una tragedia en el estado de Borno, donde casi un cuarto de millón de niños presentan cuadros de desnutrición severa.

La mayoría de los menores están en zonas que no eran accesibles hasta que una fuerza multinacional las liberó del control de la milicia radical Boko Haram a principios de este año.

La insurgencia de Boko Haram durante siete años, que juró lealtad al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), se ha cobrado más de 20.000 vidas en la región.

Unicef dijo en un comunicado el martes que ha recibido menos de la mitad de los 55,5 millones de dólares que solicitó a principios de año y que ahora las necesidades son incluso mayores.

Días atrás, un miliciano antiyihadista había reportado que al menos 10 refugiados mueren de hambre cada día en el campo de Banki, en el norte del país, donde terminan muchos de los desplazados por Boko Haram.

El campo fue abierto hace tres meses, pero «hay un gran número de muertes todos los días por falta de alimentos». Y agregó: «Entre 10 y 11 hombres, mujeres y niños mueren de hambre cada día. (…) Hemos contado 376 tumbas de refugiados en el cementerio de Bulachira, de personas muertas en los últimos tres meses», agregó.