Noticias El Periódico Tarija

No dejes que termine el día, sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nunca nadie te quite el derecho a expresarte libremente, ya que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías, sí, pueden cambiar el mundo ya que pase lo que pase, nuestra esencia está intacta y así muchas veces no lo profesemos somos seres llenos de pasión.

La vida es muchas veces un desierto pero también es un gran oasis. Nos derriba, nos lastima, pero así mismo nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Aunque muchas veces el viento sople en contra, la poderosa obra de la vida continúa y tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque sólo a través de los sueños puede ser libre el hombre de verdad. No caigas en el peor de los errores, el silencio ya que la mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes y más bien valora la belleza de las cosas simples ya que se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas. No traiciones tus creencias, porque no podemos remar en contra de nosotros mismos y eso solo transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridad. Piensa que en ti y solo en ti, está el futuro, tu futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo alguno.

Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron, de nuestros «poetas muertos», te ayudan a caminar por la vida, pero recuerda siempre que la sociedad de hoy somos nosotros los «poetas vivos».

 

Por último, no permitas que la vida, de cuya obra eres su vate, te pase a ti sin que la vivas…