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(julio-19/2016) Los ministros de Exteriores de la Unión Europea advirtieron ayer a Turquía de que una deriva autoritaria, con la posibilidad de reintroducir la pena de muerte tras el intento de golpe de Estado evocada por su presidente, Recep Tayyip Erdogan, aleja al país de la senda hacia Europa y del Estado de derecho.
«Quiero dejar claro que aún consideramos Turquía como un socio», indicó la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, en una rueda de prensa al término del Consejo, que tras debatir la situación en el país aprobó una declaración en la que recuerda a Ankara su compromiso con la pena de muerte.
Los ministros subrayaron a Turquía la necesidad de «respetar la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales, y el derecho de todo el mundo a un juicio justo», cuando ascienden ya a más de 7.500 los detenidos tras el fallido golpe del pasado viernes, entre ellos unos 6.000 militares, 100 policías, 755 jueces y fiscales, así como 650 civiles.
Así, recordaron a Turquía sus compromisos contra la pena de muerte adquiridos como miembro del Consejo de Europa, y de que «el rechazo inequívoco de la pena de muerte es un elemento esencial del acervo comunitario», en tanto que país candidato a entrar en la UE.
El comisario para la Política Europea de Vecindad y Negociaciones para la Ampliación, Johannes Hahn, fue más allá y subrayó, ante la fulminante destitución de cerca de 3.000 jueces, que «las listas, que ya estaban disponibles justo después de este acontecimiento, indican que algo estaba preparado, que en cierto momento tendrían que ser utilizadas».