REDACCIÓN/BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico- julio 18/2016) El sudafricano Nelson Mandela fue sin lugar a dudas uno de los personajes políticos más influyentes del siglo XX. Después de pasar más de tres décadas encarcelado por su activismo político llegó a la presidencia de Sudáfrica en 1994 y logró unificar un país dividido y acabar con el régimen del apartheid implantado en 1948, un sistema de segregación racial destinado a mantener el dominio y privilegios de la minoría blanca de la población.
Su labor fue reconocida por la Organización de Naciones Unidas, institución que en 2009 aprobó una resolución por el que declaraba el 18 de julio el Día Internacional de Nelson Mandela.
“La Asamblea General, reconociendo la larga trayectoria de Nelson Rolihlahla Mandela como líder y promotor de la lucha por la liberación y la unidad de África, y su excepcional contribución a la creación de una Sudáfrica no racial, no sexista y democrática, reconociendo también los valores de Nelson Mandela y su dedicación al servicio de la humanidad a través de su labor humanitaria en los ámbitos de la solución de conflictos, las relaciones interraciales, la promoción y protección de los derechos humanos, la reconciliación, la igualdad entre los géneros, los derechos de los niños y otros grupos vulnerables, y la defensa de las comunidades pobres y subdesarrolladas, reconociendo además la contribución de Nelson Mandela a la lucha por la democracia a nivel internacional y a la promoción de una cultura de paz en todo el mundo”, cita la resolución de la ONU.
La lucha de Madiba
Nelson Mandela, conocido por sus allegados y familiares con el apodo de Madiba, nació en 1918 en Mvezo, un poblado de la provincia de El Cabo. Estudió derecho y se colegió como abogado en 1948 y estableció un bufete jurídico para asesorar a las personas negras con escasos recursos.
Su implicación política inició tras la implantación del apartheid en 1948 con el partido Congreso Nacional Africano (ANC por sus siglas en inglés). Una década más tarde, en 1961 inició la lucha armada en una facción del ANC, acciones por las que fue detenido un año más tarde y condenado en 1964.
Los treinta años que pasó en la cárcel en su celda de la célebre prisión de Robben Island no dejó de formarse y reflexionar sobre la situación política del país por lo que dedicó el tiempo a analizar y estudiar la cultura de los afrikáners (la minoría blanca descendiente de europeos que controlaba el país).
Los cambios en Sudáfrica se iniciaron con la llegada al poder en 1989 del político blanco reformista Frederik de Klerk, quien procedió a desmantelar el apartheid tras abrir una negociación política con Mandela. Fue liberado en febrero de 1990, después de 27 años en prisión. Las reformas de De Klerk, fruto del diálogo con el ANC, conducirían a las elecciones de 1994.
Mandela presidente
La lucha de Mandela alcanzó una repercusión mundial sin precedentes y un apoyo incondicional dentro de la mayoría negra del pueblo sudafricano que depositó su confianza en él para liderar el país después de siglos de supremacía blanca. No en vano en 1993 recibió el Premio Nobel de la Paz.
A la toma de posesión en 1994 asistieron mandatarios de más de 140 países en un acto de repercusión mundial en el que Mandela ofreció un discurso de reconciliación. Madiba no excluyó a la minoría blanca que durante siglos había abusado del pueblo negro sino que los incluyó en el proceso de reconstrucción del país.
El 24 de junio de 1995, Mandela y Sudáfrica vivieron otra jornada inolvidable al asistir en suelo patrio al triunfo de su selección nacional en la Copa del Mundo de Rugby. Mandela entregó a su compatriota blanco François Pienaar la preciada copa, tras una épica final contra Nueva Zelanda que ha pasado a la historia del deporte e inspirado un libro de John Carlin (El factor humano) y una película de Clint Eastwood (Invictus).
El mandato de Mandela se prolongó hasta 1999 cuando cedió el mando a Thabo Mbeki. A partir de entonces Madiba se involucró en campañas sociales y humanitarias como la lucha contra el sida hasta que su salud se lo permitió.
Finalmente el 5 de diciembre de 2013, Madiba, tras seis meses de críticos problemas pulmonares, pereció a los 95 años. Miles de simpatizantes se congregaron a las puertas de su hogar para darle el último adiós. El funeral se convirtió en un acontecimiento mundial y fue retrasmitido en todo el mundo. Dos millones de personas asistieron a la ceremonia que duró cuatro horas, entre los asistentes se encontraban líderes religiosos y mandatarios de diversos países, artistas y célebres empresarios. (eP)