Noticias El Periódico Tarija

Víctor Burguete

El objetivo de esta columna dominical que hoy se inaugura es contribuir a mejorar el uso de la lengua española, golpeada y menospreciada con facilidad en nuestro día a día tanto por periodistas, profesores como personajes públicos cuyas palabras se reproducen por los distintos medios de comunicación.

He optado por comenzar a desmenuzar la creación de un nuevo verbo, que empezó por influencia del lenguaje bancario y que se ha extendido hasta tal punto que se ha normalizado e incluido en el vocabulario habitual hasta de los profesionales de comunicación. El verbo de nueva creación del que hablo es “aperturar”.  “Se van aperturar nuevos centros en los próximos días”, “se van aperturar las oficinas”, “se va aperturar el proceso”, son algunos de los múltiples ejemplos que podemos encontrar en los diferentes medios de comunicación.

Sin embargo, el verbo aperturar no existe. El verbo aperturar se ha formado a partir del sustantivo apertura, por lo que el verbo relacionado con apertura es “abrir” y no así aperturar. De igual forma que yo no “aperturo” una puerta o una ventana sino que las abro, los procesos, las oficinas o las cuentas tampoco se aperturan sino que se abren.

El Diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española de la lengua aclara que el verbo aperturar no es apropiado en español y, por lo tanto, su uso no está justificado y debe evitarse.

Si bien es cierto que una lengua la hacen sus hablantes y que no es estática, deben cuidarse y no modificarse al libre albedrío las palabras cuando su uso no está justificado y existen palabras que expresan exactamente el mismo significado que las de nueva creación.

Quizá el problema radique en la falta de hábito de lectura de la población, periodistas incluidos, pero los medios de comunicación tenemos el deber de formar y cuidar las herramientas de nuestro trabajo, en este caso la lengua. De igual forma que a un cirujano le exigimos que maneje con destreza y con precisión su bisturí, los periodistas, comunicadores demos manejar la lengua con igual precisión. Pues eso, colegas, abrámonos a la lengua y dejemos de aperturarla con nuevos verbos.