Cuando los miembros de la asociación de asadores que preparan el famoso chanchito a la cruz decidieron cuestionar a quien denunciaba las barbaridades vistas y comprobadas de la Chanchería de Pampa Galana, les dijimos que sus quejas debían dirigirse al municipio pues la desatención del vertedero y la permisión para que miles de chanchos se alimenten ahí, dependía de esta instancia y eso generaba que la desconfianza se apodere de la población ante la revelación hecha por medios como «el Periódico» y Canal 15. Era lógico que la gente ante la falta de garantías sobre qué estaba consumiendo se manifestara rechazando el consumo de carne porcina…un viejo dicho enseña que «ante la duda, absténte»… y así pasó. Pero no son los medios quienes deben ofrecer esa garantía, sino más bien las instituciones llamadas por ley, las mismas que aparentemente no estuvieron cumpliendo con su trabajo porque nadie decía nada sobre la presencia de cientos de porcinos comiendo basura de toda la ciudad.
En la medida que el problema fue cobrando dimensiones que era difícil prever, ocasionando que en los mercados la compra de carne de cerdo se reduzca hasta en un 50%, que las ferias del chanchito a la cruz vendan sólo la mitad de lo ofertado, que restaurantes reconozcan que sus clientes prefieren no consumirla, que los asadores exijan ahora mayor control en el vertedero, etc., parece que eso ha ido moviendo posiciones que sólo perjudican a quienes están vinculados a este negocio.
Hoy son los que crían cerdos en Pampa Galana los que están pidiendo realizar análisis a su ganado, nos parece bien, aplaudimos lo que debería hacerse desde hace mucho sin que nadie lo pida sino de oficio por parte del municipio, SENASAG, SEDAG y SEDES. Pero, no podemos olvidar que esos porcinos fueron criados al margen de la ley en corrales clandestinos bajo ninguna supervisión ni autorización sanitaria, que se han estado alimentando con basura sin seleccionar ni clasificar, que después de dos meses de revelado este escándalo recién se les ocurre pedir lo que debieron hacer las instituciones mencionadas inmediatamente. Se debe tener mucho cuidado si se llega a eso pues no se tendrá que analizar sólo a los chanchos que sus dueños quieran o sugieran, tendrá que ser al azar y de diferentes criaderos, no vaya a ser que para la prueba sacrifiquen ejemplares criados como debe ser en granjas autorizadas, confiando que creamos en aquello de que si parecen cerdos, andan como cerdos y suenan como cerdos, entonces son cerdos sanitos, limpios, puros y castos.
Lo positivo es que los sectores involucrados están reaccionando por su cuenta, exigiendo a funcionarios públicos hacer su trabajo, tuvo que «apretar el zapato» para que suceda, ni modo, aunque con todo lo visto hasta ahora, estaremos muy atentos al desenlace, no vaya a ser que ahora quieran hacer pasar «lechoncito jailón por chancho nochero»