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(INFOBAE) El presidente de Francia, François Hollande, informó que medio centenar de personas está en estado crítico. «Unas 50 están entre la vida y la muerte», expresó con dolor. También afirmó que entre las víctimas «hay muchos niños y extranjeros».

«En el momento en que hablo, 84 personas exactamente han muerto, y unas 50 se encuentran entre la vida y la muerte», dijo el presidente en Niza desde la prefectura, tras visitar a los heridos en el hospital.

«Hemos podido mostrar unidad. El compromiso es que debemos estar fuertes. El mundo expresó su solidaridad con nosotros con gran afecto. Debemos responder como corresponde a los desafíos», resaltó. Y agregó: «Vine a Niza para que Francia pueda ser más fuerte».

El mandatario, que decretó tres días de luto nacional desde el sábado hasta el lunes, presidió desde las 9:00 un «consejo restringido» de Seguridad y Defensa para hacer un balance de la situación tras el atentado. Posteriormente, se desplazó a Niza.

A la reunión fueron convocados el primer ministro, Manuel Valls, y los ministros de Defensa, Jean-Yves Le Drian; Justicia, Jean-Jacques Urvoas; Exteriores, Jean-Marc Ayrault; Sanidad, Marisol Touraine; así como los directores de la Policía, de la Gendarmería y de los servicios secretos. También participó desde Niza -adonde se desplazó anoche- el ministro de Interior, Bernard Cazeneuve.

«Vamos a reforzar aún más nuestra acción en Irak y en Siria», donde Francia lucha contra los yihadistas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), aseguró Hollande, quien confirmó la presencia de «varios menores» entre las víctimas del ataque, que tuvo lugar al término de unos fuegos artificiales con motivo de la fiesta nacional francesa.

Un hombre armado embistió con un camión a la multitud que celebraba el jueves la fiesta nacional en Niza, en la Costa Azul francesa, y mató a 84 personas en un ataque que el presidente Hollande calificó el mismo jueves de «terrorista».

El conductor, que durante dos kilómetros avanzó sembrando caos y muerte, fue identificado como un franco-tunecino de 31 años, residente en Niza. Sus documentos habían sido hallados en el vehículo.

El vehículo de 19 toneladas avanzó dos kilómetros arrollando a su paso a la gente, hasta que el conductor, que tenía una pistola y disparó varias veces, fue abatido por la policía.