(ABI).- El agente boliviano ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, el ex presidente Eduardo Rodríguez Veltzé (2005), afirmó el miércoles por la tarde que ese alto tribunal de justicia será el que diga la última palabra sobre la demanda marítima impetrada por Bolivia en 2013 y no el canciller del país transandino, Heraldo Muñoz.
Rodríguez remarcó esa posición en alusión a las declaraciones de Muñoz, quien afirmó el lunes, tras entregar a la CIJ la contramemoria, que Chile tiene «una contramemoria contundente» y que, por tanto, «no hay obligación de negociar nada» con Bolivia.
«En todo caso si (la contramemoria) se refiere a la postura chilena se debe entender que si no concuerda con lo que Bolivia ha planteado simplemente hay que deducir que será la Corte (Internacional de Justicia) la que disponga quien tiene razón y no el canciller (Heraldo) Muñoz», remarcó a la Red Patria Nueva.
Rodríguez Veltzé recordó que tanto la memoria como la contramemoria de la demanda marítima, son «documentos con contenido reservado».
«De manera de que si el Canciller (chileno) hizo una referencia podría estar revelando algo que no lo está permitido», complementó.
El Agente boliviano en La Haya aseguró que la demanda marítima boliviana está respaldada con una certeza muy clara sobre los derechos que Bolivia exige que se declaren en la CIJ.
«Hemos presentado la evidencia suficiente y esperamos llevar con la mayor seriedad y no estamos para especulaciones», puntualizó.
Respecto a los tiempos procesales, explicó que Bolivia recibirá la contramemoria de Chile en los próximos días y dijo que, según procedimientos de la CIJ, los dos agentes serán convocados a mediados de septiembre, para definir si se descartará o se solicita «una segunda ronda de réplica y duplica o se pasa directamente a las audiencias orales».
En 1825, Bolivia nació a la vida independiente con una costa de aproximadamente 400 kilómetros sobre el océano Pacífico; 54 años después, en 1879, Chile invadió y ocupó por la fuerza el territorio del departamento del Litoral, desde entonces le privó de un acceso soberano al mar y de un territorio de al menos 120.000 kilómetros cuadrados.
En 2013, Bolivia sentó a Chile en La Haya, en busca de un «diálogo sincero» para resolver la demanda marítima boliviana.