AGENCIAS
«¡Hemos entrado en la historia de Portugal», lanzó Cristiano Ronaldo al regreso de la Selecçao portuguesa a Lisboa el lunes, tras su victoria en la Eurocopa 2016.
Ante el clamor de una multitud enfervorecida y llena de sentimiento patriótico, el capitán del equipo portugués, nuevo campeón de Europa, alzó el trofeo desde el balcón presidencial en la capital lusa.
Este primer título internacional remonta la moral de los portugueses y llena de alegría a toda una nación donde el fútbol es el rey, y a la que le está costando salir a flote después de años de crisis económica.
«Esta victoria no arregla nuestros problemas, pero al menos estamos felices. ¡Es algo que solo ocurre una vez en la vida!», aseguraba Lucia Antunes, desempleada de 41 años.
Una marea humana roja y verde, los colores nacionales, aclamó a los nuevos campeones de Europa en su desfile triunfal por las principales arterias de Lisboa a bordo de dos autobuses descapotables rotulados con la palabra «Champions».
«Sois los mejores de Europa», afirmó el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, antes de condecorar a los ídolos de todo un país con el título de la Orden de Mérito.
Distendido a su llegada al palacio presidencial, con la bandera de Madeira (su isla natal) al cuello, Ronaldo se hizo con el micrófono para cantar a voz en cuello el estribillo de un conocido tema del emblemático grupo de rock portugués Xutos e Pontapés, antes de lanzar su habitual grito de guerra: «¡Siiim!!»
Escoltado por el ejército del aire, el avión «Eusebio» donde viajaba el equipo había aterrizado sobre suelo luso a las 11H40 GMT. Dos chorros de agua con los colores verde y rojo sirvieron para hacer pasillo a la aeronave.
«No hemos dormido mucho. Esta victoria es la primera, teníamos que estar aquí. Es nuestra venganza después de 2004», aseguraba Antonio Ribeiro de Magalhaes, un estudiante de 21 años, en referencia a la final que perdió el equipo luso ante Grecia, siendo Portugal el país anfitrión del torneo.
– ‘Eternos’ –
Doce años después de este drama nacional, Portugal consiguió por fin su primer gran título internacional.
Aficionados de los cuatro rincones del país celebraron hasta entrada la madrugada y por todo lo alto este triunfo memorable.
«¡CAMPEONES! ¡Sois grandes! ¡Felicidades!», tuiteó Luis Figo, estrella de la Selecçao en 2004, cuando el equipo fue vencido por Grecia por 1-0, en una inesperada derrota. A su lado se encontraba entonces un joven prodigio de 19 años que terminó esa maldita final con lágrimas en los ojos.
Cristiano Ronaldo tiene hoy 31 años y es un icono mundial del fútbol. El domingo, en el partido contra Francia, también lloró de dolor y de rabia, aunque el desenlace final fue totalmente distinto.
Lesionado en la rodilla izquierda en el minuto 8, un cuarto de hora después tuvo que ser evacuado en camilla, sin poder contener las lágrimas.
Pero, al final, las lágrimas de dolor se convirtieron en llanto de alegría después del gol de su compatriota Éder en la prórroga, que dio la victoria al equipo.
– Nudo en la garganta –
Lejos, muy lejos de estas escenas de alegría, Francia se despertaba entristecida este lunes. Dejó pasar la oportunidad de llevarse su cuarto título internacional, tras las Eurocopas de 1984 y 2000 y el Mundial de 1998.
El presidente francés, François Hollande, almorzó este lunes con los jugadores. Algunos de ellos fueron con un nudo en la garganta.
Este triunfo en la Eurocopa podría haber ayudado a Francia a olvidar el tenso clima social de los últimos meses, la crisis económica que atraviesa el país e incluso los recuerdos dolorosos de los atentados de 2015.