Gastón Cornejo Bascopé
La prensa informa, con títulos optimistas, algunas situaciones absolutamente dubitativas. (Que causan perplejidad para evitar objeción)
El Ministro de Gobierno afirma que “Bolivia es un país de tránsito de la droga” “Que redujo la superficie de coca cultivada en un 98% en los últimos cinco años, puesto que tenía 31 mil hectáreas en 2010 y el pasado año certificó apenas 20 mil” “El Gobierno y la empresa rusa Rosatom firmaron tres memorandos para poner en marcha el Centro de Investigación Nuclear” a construir en El Alto. Los objetivos de dichos Memorandos serían: “la capacitación, el desarrollo del proyecto de construcción y la cooperación para la adecuada socialización y difusión” Y el dardo del mandatario: ”Los periodistas son esclavos de los dueños de estos medios de comunicación” referido a los que se oponen y critican la situación política.
Que ya no somos productores de coca cocaína es una falacia. Que ya no se siembra en los cinco o seis Parques Nacionales y que no existen pozas de maceración descubiertas, aún en el Parque Tunari, es otro maquillaje. Que el proyecto del reactor nuclear de potencia, con energía atómica a construir en el Alto trata solamente de investigación científica, es otra cruel falsedad. Que viajarán a Moscú jóvenes a estudiar el tema, aunque estén inscritos en el partido, es una excelente oportunidad para la juventud que persigue horizontes de progreso; pero se trata de un anzuelo para lograr adeptos a una puesta en marcha de un proyecto de elevadísimo riesgo y alto costo, que además no se justifica por la existencia de otras necesidades apremiantes como salud, educación, trabajo, es otro dilema biopolítico, remarcable. “Cooperación para la adecuada socialización y difusión”, es decir, se efectuará el “lavado cerebral” para viabilizar, en la conciencia del pueblo, el condescender con los graves peligros que subyacen y que son conocidos a nivel mundial, mediante directivas organizadas desde el Ejecutivo, es otra maniobra política inaceptable.
La ciudadanía sabe cuáles son los medios profesionalmente imparciales que privilegian la comunicación ética como Los Tiempos, El Deber, Página Siete. También existe alguno que, con el cambio de director, se tornó sumiso a la política oficial excluyendo a los columnistas que manifestaban su pensamiento crítico. No por ello se permitirá la incorrecta sindicación a los profesionales de los medios de la comunicación, a todas luces inaceptable en nuestro país donde se afirma vivir en democracia y en un estado de derecho.
Cochabamba, Julio 2016.