Noticias El Periódico Tarija

Una tarde un nieto estaba charlando con su abuela y entonces, él adolescente preguntó: “¿Qué edad tienes abuelita?”.


La abuela respondió: “Bueno, déjame pensar un minuto… nací antes de la televisión, las vacunas contra la polio, las comidas precocidas, la fotocopiadora, el fax, los lentes de contacto y la píldora anticonceptiva…

No existían los radares, las tarjetas de crédito, el rayo láser, los teléfonos celulares o los patines en línea, no se había inventado el aire acondicionado, los hornos de microondas, los lavarropas, y las prendas se ponían a secar al aire fresco; se usaba molcajete y no licuadoras…

Gay era una palabra respetable en inglés que significaba una persona contenta, alegre y no homosexual, de lesbianas nunca habíamos oído hablar y los muchachos no usaban aretes, conocíamos la diferencia entre los sexos, pero a nadie se le ocurría cambiar el suyo; nos conformábamos con el que teníamos, no había peluquerías unisex, SIDA no significaba nada…

No se hacían citas, ni se concertaban matrimonios por WhatsApp, tu abuelo y yo enamoramos más de cinco años, nos casamos y después vivimos juntos, y en cada familia había un papá y una mamá, el hombre todavía no había llegado a la Luna y no existían los aviones de propulsión a chorro para pasajeros, no se hacían trasplantes de corazón; se remendaban calcetines no corazones, y se destapaban caños, no arterias…

Nací antes de la computadora, los virus provocaban enfermedades más no desaparecían archivos, chip significaba un pedazo de madera, hardware era la ferretería y el software no existía, no había las dobles carreras universitarias, ni estrés, ni traumas prenatales, ni las terapias de grupo, se jugaba al trompo, a las canicas y no al nintendo, hasta que cumplí 25, llamé a cada hombre, señor, y a cada mujer señora o señorita…

En mis tiempos la virginidad no producía cáncer, tener una relación era llevarse bien con los primos o simplemente tener una amistad, nuestras vidas estaban gobernadas por los 10 mandamientos así como el buen juicio y el sentido común, nos enseñaron a diferenciar entre el bien y el mal y a ser responsables de nuestros actos…

Hablando de máquinas, no existían los cajeros automáticos, las máquinas de soda y golosinas, los radio reloj despertador, para no hablar de los video casetes ni las filmadoras o dvd’s, todo decía Made in Japan, no existía Made in Korea ni Made in Taiwan ni China, la salsa era un condimento, no se bailaba, no había el café instantáneo ni los endulzantes artificiales…

En mi tiempo un solo automóvil era suficiente para toda la familia, hierba era algo que se cortaba y no se fumaba; coca significaba beber una buena gaseosa y no se inhalaba, creíamos que la comida rápida era lo que la gente comía cuando estaba apurada…

Fuimos la última generación que creyó que una señora necesitaba un marido para tener un bebé, ahora dime hijo, ¿cuántos años crees que tengo?”.

El adolescente, desconcertado por todo lo que había oído, le respondió: “¿Más de 100?”. La abuela sonriente repuso: “¡No, mi amor… solamente 60!”.