(ABI).- La huelga de 72 horas convocada por la Central Obrera Boliviana (COB) entraba, lo menos, debilitada a su primer día, el miércoles, en medio de advertencias a que su ejecución amenaza desgastar a la matriz sindical y su vinculación con el gobierno del presidente indígena de izquierdas Evo Morales.
La mayor parte de los sindicatos y federaciones de trabajadores ya se habían desafectado el martes de la protesta en demanda de la anulación del Decreto Supremo 2765, que establece el cierre de la deficitaria estatal Empresa Nacional de Textiles (Enatex).
En medio de invocaciones al diálogo por parte del Gobierno, la dirigencia de la COB, que vio fracasar dos medidas de fuerza el lunes y jueves y viernes de la semana pasada, porfiaba en paralizar Bolivia para que Morales revea su decisión de cerrar ENATEX, que dejó sin trabajo a 160 empleados textiles y que en sus casi 4 años de funcionamiento no pudo sobreponerse a las cifras en rojo.
Los poderosos y combativos sindicatos de mineros, trabajadores petroleros y vendedores al menudeo, más conocidos como gremiales, entre otros, puntales de la COB, se desmarcaron de la medida de fuerza que, según analistas locales, se encaminaba al fracaso y que el ministro de la Economía, Luis Arce, advirtió que ponía en riesgo nada más ni menos, el pago del segundo aguinaldo, a mediados de diciembre.
«No está habiendo felizmente un efecto sobre el sector productivo hasta el momento por los paros, pero sí, de tratarse, si fuera el caso, si el paro tuviera efectividad, por supuesto que está en riesgo el pago (del segundo aguinaldo) y no solo para ellos, sino para todos los trabajadores bolivianos. Creo que ahí tienen que reflexionar los compañeros de la COB», consideró Arce, al salir de la Asamblea Legislativa Plurinacional, según consigna Erbol.
Los trabajadores de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), sostén del boyante erario público, se desmarcaron de la presión que la COB pretende meter al gobierno de Morales, sustentado a su vez, desde 2006, por los sindicatos y organizaciones sociales del país.
El secretario ejecutivo de la Federación Sindical de Trabajadores Petroleros de Bolivia, José Domingo Vásquez, confirmó que el sector no acatará el paro de 72 horas convocado por la COB.
«No vamos a acatar nosotros, nosotros somos afiliados a la COB, somos respetuosos siempre de las instancias orgánicas, sin embargo, este es un sector estratégicamente de servicio importante para la población y no queremos afectar a la ciudadanía», explicó.
Los petroleros desmocharon la huelga convocada por la COB después que Morales tildara de ilegal la protesta, luego de reconocer sin embargo que «tienen derecho» a ejercerla.
Los maestros rurales, que cuadriplican en número a los profesores urbanos, principalmente de La Paz dirigidos por líderes trotkystas, que adhirieron el llamado de la COB, también se bajaron de la protesta.
«Nuestra reunión del comité ejecutivo nacional ha decidido y hemos dado un instructivo que solo los comités ejecutivos departamentales y comités ejecutivos regionales participen en los lugares donde estén convocando para las movilizaciones», dijo el secretario ejecutivo de la Confederación Nacional de Maestros de Educación Rural de Bolivia, Freddy Mamani.
En la misma línea , la Confederación Universitaria Boliviana (CUB), crucial en la tradición local de la protesta, por el número de estudiantes que es capaz de movilizar, anunció que no se sumará a la huelga porque perjudica al país.
«Nosotros somos afiliados a la COB pero no hemos participado de ese ampliado porque la COB creo que confunde un poco y en los últimos años no nos han estado citando», explicó el principal dirigente de esa organización, Max Mendoza.
Los gremiales, que engloban cerca del 50% de la Población Económicamente Activa, de 5 millones, desconocieron al dirigente nacional, Francisco Figueroa, y pidieron reflexionar a la COB sobre el paro de 72 horas.
El secretario ejecutivo de los gremiales de Cochabamba, Juan Carlos García, lamentó que Figueroa se sume a la convocatoria de la COB, «sabiendo que no es un legítimo dirigente» de ese sector.
«Este dirigente no representa a los comerciantes minoristas que somos más del 90% a nivel nacional, nosotros hemos desconocido su dirigencia porque hace un año atrás ya ha cumplido su gestión», remarcó.
La presidente de la Cámara de Diputados, Gabriela Montaño, advirtió que la protesta acelerará el desgaste de la COB, cuyo líder, Guido Mitma, insiste en que el Gobierno revoque el cierre de ENATEX. (eP)