Noticias El Periódico Tarija

Han transcurrido casi dos siglos desde que ganamos nuestra independencia y tenemos que detenernos a observar el país que somos, el país en el que nos hemos convertido, una tierra de grandes diferencias geográficas con climas distintos, de fauna y flora inmensamente diversas, de ritmos y música variada por doquier y gente de características tan particulares, tan únicas, que hacen de esta Patria más que hermosa… Bolivia a golpe y porrazo esta aprendiendo a reencontrase, a recuperar su memoria, a como vivir en paz después de guerras civiles y revoluciones, a vivir en paz a pesar de las diferencias de credo y pensamiento luego de dictaduras militares, a conocerse  entre quienes hacen este país a pesar de sus divergencias, a aceptarse sabiendo que vienen de regiones de costumbres y tradiciones muy distintas.


Es cierto que la responsabilidad no sólo esta en el pueblo, esta fundamentalmente en sus autoridades, en sus líderes, que deben ser los promotores de la unidad, los impulsores de la transparencia y honestidad en la administración de los recursos públicos, los que encarnen el sentimiento popular y sus necesidades y sepan atenderlas, aquellos que deben dar el ejemplo no buscando el interés particular o partidario sino el de todos para cimentar y consolidar el bien común. El pueblo las elige y las observa, las sigue, las apoya pero es también capaz de abandonarlas y dejarlas de lado si no respetan el mandato recibido, que se traduce no en otra cosa que cuidar la Patria, hacerla grande, prospera e incluyente… una Patria Nuestra.

La Patria nos necesita para construirla día a día, con esfuerzo y compromiso, con entrega total sin perdernos en regionalismos banales que hacen difícil proyectar la unidad necesaria para edificar superando los problemas y necesidades que el pueblo plantea. El aporte individual es fundamental para el resultado colectivo, el que beneficia a todos, el que se traduce en el buen vivir, las mezquindades, las vivezas de sacarle provecho a todo, de ganarle al Estado engañandolo que no es otra cosa que engañar a la gente no es la fórmula a emplear, es la fórmula a desechar porque fue la que usamos durante decenas de años, es la que todavía muchos usan sin convencerse de que no sirve para crecer como nación.