Si un perro fuera tu maestro aprenderías algunas cosas como estas…
…correr al encuentro de alguien que amas cuando llega a casa.
…nunca perderte una oportunidad de salir a pasear en automóvil.
…darte la oportunidad de experimentar el viento fresco en tu rostro.
…mostrarles a los demás cuando están invadiendo tu territorio.
…tomarte una siestecita al mediodía y estirarte antes de levantarte.
…correr, brincar y jugar todos los días.
…intentar llevarte bien con tu prójimo y dejar que las personas te toquen.
…no morder cuando un simple gruñido resuelve la situación.
…en días calurosos, detenerte para rodar en el pasto, beber mucho líquido y acostarte bajo la sombra de un árbol.
…danzar y balancear todo tu cuerpo cuando estás feliz.
…sin importar las veces que alguien te lastime, regresar y hacer nuevamente las paces, sin sentirte culpable.
…aprovechar el placer de una larga caminata.
…alimentarte con gusto y entusiasmo.
…comer solo lo suficiente.
…nunca pretender ser lo que no eres.
…ser leal.
Y lo más importante de todo…
…permanecer silencioso cuando alguien está nervioso o triste, quedándote cerca para mostrarle que tú estás allí para consolarlo.