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AGENCIAS

(Jun – 247 2016) La detención por supuesta corrupción del exministro Paulo Bernardo Silva golpeó otra vez al Partido de los Trabajadores (PT) en medio del proceso de destitución que enfrenta la mandataria suspendida de Brasil, Dilma Rousseff.

Silva fue ministro de Planificación durante la gestión de Luiz Inácio Lula da Silva, fundador del partido, y luego continuó como titular de Comunicaciones en el Gobierno de Dilma Rousseff, quien está suspendida de su cargo para responder a un juicio político.

Una de las más firmes defensoras de Rousseff en la comisión de la Cámara alta responsable de ese juicio es la senadora del PT Gleisi Hoffmann, esposa de Silva, investigada por las corruptelas en Petrobras y que estaba en la casa cuando la Policía fue a buscar a su marido, llevado luego a Sao Paulo, donde está radicado este caso.

Hoffmann, quien también fue ministra de Rousseff, no fue detenida, pero la Policía allanó su casa antes de llevarse a su marido y por ello se ausentó hoy a una sesión de la comisión del Senado, que escuchaba a testigos de la defensa de la mandataria.

Además de Silva, la operación realizada hoy le apuntó a otros dirigentes del PT, como Carlos Gabas, exministro de Aviación Civil de Rousseff pero más conocido como el «dueño de la moto», por una Harley-Davidson en la que solía pasear la presidenta por Brasilia.

Gabas fue detenido temporalmente para prestar declaración y luego liberado, lo que no ocurrió con Paulo Ferreira, extesorero del PT, casado con la exministra de Desarrollo Social Tereza Campello y contra quien también se dictó una orden de arresto.