ANDRÉS TÓRREZ TÓRREZ
Las opiniones están divididas, hay un sector que se inclina porque se ponga fin al ciclo de Julio César Baldivieso al frente de la Selección Nacional de fútbol, otro-muy reducido -por cierto – que es partidario de que continué.
Si nos llevamos por los resultados, que gobiernan el mundo del fútbol, no tiene caso que el entrenador valluno, siga al frente del combinado nacional, ya que estos han sido desastrosos, bajo su conducción Bolivia jugó 11 partidos, 2 amistosos y 9 oficiales, donde solamente cosechó una victoria y 10 derrotas (ver cuadro).
E los 2 amistosos la ve4rde cayó por goleada y en los partidos por los puntos perdió 2 en condición de local, ante Uruguay y Colombia, por las eliminatorias de la Copa del Mudo Rusia 2018.
La única victoria que logró Baldivieso al frente de la Selección fue frente a Venezuela por 4 a 2 por las eliminatorias, jugando como local en el Estadio Hernando Siles, donde como pueden apreciar, de 9 puntos disputados apenas sumó 3, es decir un magro 30 por ciento.
Pero la brecha se amplía cuando la referencia son los goles, en los 11 partidos jugados por el cuadro nacional apenas anotó 9 goles, mientras que sus contrincantes anotaron la friolera de 31 goles.
Pero la cosa se pone más peliaguda cuando analizamos la producción futbolística de la Selección, bajo el mando de Baldivieso, un término suave es lamentable, se puede afirmar sin tenor a que el equipo perdió la identidad, es decir juega a nada, o como decía alguien allegado al fútbol, a “la que te criaste”.
Lo mínimo que se le pide a un equipo de futbol, es que sepa manejar los 2 conceptos que tiene este deporte y que no son otros que el ofensivo y el defensivo, ¿cuál manejó mejor Baldivieso?, capas que nos digo que ninguno y razón no le va a faltar.
El equipo se defendió pésimamente mal, sea con línea de 4 o línea de 5, con desconcentraciones que rayan en lo ridículo, lo mismo pasa si nos referimos el tema ofensivo, el cual queda librado a la inspiración individual de algún jugador, como son los casos de Juan Carlos Arce y Jhasmani Campos en la Copa América -autores de los 2 goles de la selección- porque colectivamente el equipo no crea casi nada y la prueba está en que en 11 partidos, anotó 9 goles, a una media de menos de un gol por partido.
Pero lo más preocupantes es que la selección ni siquiera tuvo una alineación estable, en cada partido había una modificación, tanto del dibujo táctico como de jugadores, creando una lógica inseguridad entre sus integrantes, por no saber si irían como titulares o calentarían el banco de suplentes,
Otro tema no menos importante y que en su momento fue motivo de polémica, es el trato del entrenador con los jugadores, a los que calificaba de mediocres ante los requerimientos de la prensa internacional, pero en os medios nacionales cambiaba de discurso y a los que no se prestaron Marcelo Martins y Ronald Raldes, que se automarginaron.
La verdad es que no quisiéramos estar en los zapatos de los dirigentes de La F.B.F. que ahora tienen que resolver la situación de Julio César Baldivieso, ya que por encima de los nombres está en juego el futuro de la Selección de Bolivia y el vapuleado fútbol boliviano, ojalá no se equivoquen.