Noticias El Periódico Tarija

Con una visión positiva se debe destacar que el haber hecho pública la realidad del botadero municipal de basura, de «la Chanchería de Pampa Galana», ha abierto los ojos de la población en un tema muy delicado y eso ha movido a instituciones y autoridades a que, no sabemos si es por primera vez, se reúnan para hacer una análisis y pretender dar soluciones serias a las múltiples observaciones reveladas. Es lamentable que, a decir del ambientalista Gonzalo Torrez, este encuentro pareciera haber sido organizado sólo para cuestionar a quienes «se atrevieron» a mostrarle a la gente lo que sucede en el botadero y no para la búsqueda real de alternativas que ataquen a fondo el problema.


Según Torrez, criadores de cerdos, asadores, recicladores de basura, etc. se ocuparon de criticar su accionar como ambientalista así como a medios como EL PERIÓDICO y CANAL 15… irónico que ahora » las palomas le disparen a las escopetas». En resumen, se formó un Comité interinstitucional que se ocupará de realizar una serie de acciones que seguiremos de cerca, porque de Comités hemos visto muchos que no han servido para nada, sólo para parecer una solución mientras se dilata y distrae en el tiempo hasta que la opinión pública olvide el tema en cuestión.

Lo destacable es que los criadores de cerdos de Pampa Galana reconocieron tácitamente que han tenido el basurero como una fuente fácil y cercana de alimentos para su ganado, ya que dicen estar afectados económicamente por las noticias publicadas ya que no venden como antes, lo que significa que realizaban una actividad comercial, un negocio, con los chanchos y su carne, o sea, vendían esa carne que con seguridad iba para consumo humano. Este reconocimiento desnuda el actuar de funcionarios del municipio que han permitido que esto suceda sabiendo que se trataba de una actividad ilegal y clandestina que generaba lucro, esperamos que sólo para los dueños de los chanchos… y nadie más.

Lo cuestionable es que en realidad no se decidió nada respecto a una acción inmediata sobre los cerdos que, supuestamente ya no se alimentan en el vertedero, por lo menos de día, aunque nadie sabe que pasa en la noche. Se anunció que se realizarían exámenes a los porcinos para verificar que no representan un riesgo para la salud pública a pesar de que ya se informó que en el país no existe un laboratorio que pueda establecer la presencia de metales pesados o agentes cancerígenos en su carne  Se dijo que los criaderos deben trasladarse y alejarse del lugar aunque no se dijo cuando. Nada se escuchó sobre la presencia de escuelas donde estudian niños y jóvenes muy cerca del botadero cuando la norma establece un mínimo de distancia en el que no pueden establecerse seres humanos. Tampoco se analizó qué sucederá con las miles de toneladas de desechos enterrados allí, no se decidió nada sobre la auditoría ambiental que exigen ciudadanos preocupados y nada tampoco sobre la posibilidad de contaminación de las napas de agua subterránea que está consumiendo la población a través de pozos perforados en sus inmediaciones. Es decir, parecería que el encuentro sólo sirvió para que se cuestione a quienes «destaparon esta caja de Pandora» que promete seguir dando sorpresas desagradables en próximos días y no para establecer políticas responsables y serias por parte de autoridades públicas cuidando los intereses ciudadanos… entre ellos… su salud.