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Reuters

Funcionarios judiciales investigaban si el atacante que mató a 49 personas en un club nocturno de Orlando el fin de semana y manifestó lealtad a Estado Islámico recibió algún tipo de ayuda para perpetrar el tiroteo más letal en la historia de Estados Unidos.

El FBI y otras agencias del Gobierno de Washington estaban rastreando evidencia dentro y en los alrededores del club gay Pulse, donde el joven de 29 años Omar Mateen -nacido en Nueva York e hijo de inmigrantes afganos- llevó a cabo el peor ataque en territorio estadounidense desde el 11 de septiembre de 2001.

El atacante murió a manos de la policía, que arremetió en el club nocturno el domingo por la mañana con autos blindados después de que Mateen se atrincheró tres horas con rehenes en el lugar.

Peritos e investigadores estaban buscando pistas sobre si alguien trabajó junto a Mateen en el ataque, dijo Lee Bentley, fiscal del distrito de Florida. «Se está investigando a otras personas, estamos trabajando en eso con la mayor diligencia que podemos», añadió Bentley en conferencia de prensa. «Si alguien más está involucrado en este crimen, será procesado».

El director del FBI, James Comey, dijo que las autoridades aún están tratando de determinar qué motivo a Mateen y agregó que, por el momento, no había indicios de que el joven fuera parte de una red terrorista organizada, aunque sí encontraron señales de inspiración en militantes extremistas.

«Hay fuertes indicios de radicalización de este asesino y de una potencial inspiración en organizaciones terroristas extranjeras», dijo Comey a periodistas en Washington. «Estamos prácticamente seguros de que el asesino se radicalizó, al menos en parte, a través de internet», agregó.