Desde tiempo atrás se escucha sobre la rearticulación del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR), aquel partido político que despertó tanta expectativa y esperanza en épocas de dictadura persiguiendo recuperar la democracia. Integrado por una generación de líderes jóvenes con un discurso distinto, que prometía cambiar Bolivia. El MIR jugó un rol más que importante en esa lucha por la democracia en Bolivia, tuvo como su líder mas visible a Jaime Paz Zamora, carismático y hábil en el uso de la palabra, que fue Vicepresidente junto a Hernan Siles Suazo en el gobierno de la Unidad Democrática y Popular (UDP), tristemente célebre por la hiperinflación que estremeció la economía nacional. Ni Jaime Paz ni el MIR nunca ganaron una elección, lo que no fue problema para que tuvieran el poder en sus manos como para realmente cambiar el país.
En 1989, Óscar Eid, estratega de Jaime Paz, lo hizo presidente de la República, sí… fue él, porque fue quien inventó el triple empate ya que de acuerdo a la Constitución Política del Estado vigente los tres más votados tenían esa opción en el Congreso Nacional, Paz era el tercero y aprovechando la mala relación entre Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR) y Hugo Banzer (ADN) selló una muy cuestionada alianza con éste último, el mismo al que habían combatido por encabezar un gobierno dictatorial y por ser su verdugo y enemigo… se impuso el más crudo pragmatismo para formar el Acuerdo Patriótico. Ríos de sangre se cruzaron para alcanzar la Presidencia.
Varios años después, luego de convertirse en el «comodín» que era parte de cualquier gobierno que necesitase sus votos en el Congreso, el MIR perdió su personería jurídica y desapareció como instrumento político, en el sentido estricto legalmente hablando. Hoy, la nostalgia de quienes fueron militantes y simpatizantes queda flotando en una nube de recuerdos entre los que las denuncias de corrupción ocupan un espacio importante. Así como ya se intentó recuperar la Falange Socialista, Acción Democrática Nacionalista, etc., se quiere reflotar el MIR, parece un reto pendiente para Jaime Paz que al parecer pretende allanar el camino a su hijo, Rodrigo Paz, actual alcalde de la ciudad de Tarija, en un recorrido que debería terminar pulseando la Presidencia del Estado, por lo menos se dice que el ex mandatario cree que ese es el «destino» de su hijo, así como él también estaba «destinado» a ocupar el cargo que ocupó.
Habrá que ver pero la historia reciente demuestra que si bien no hay cadáveres políticos en cuanto a liderazgos personales, si los hay respecto a partidos políticos. Generaciones enteras no saben que fue el MIR ni quienes lo fundaron y guiaron, tal vez pretender crear una nueva opción política nacional desde las cenizas de este partido no sea lo adecuado ni acertado, es probable que la alternativa sea formar un nuevo partido aunque para eso no se ve un liderazgo capaz de hacerlo en una Bolivia que no es la misma de hace más de 25 años para usar los mismos métodos y discursos de entonces.