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Gastón Cornejo Bascopé

Una respetable profesional disertó en el “Conversatorio” sobre la interpretación ofrecida por el alto tribunal jurídico cuya atribución es el respeto a la Constitución Política del Estado, en la forma “Abstracta” de las normas.

El tema ya es conocido por la familia médica nacional pero, aún no emergen voces valientes que reclamen el respeto a la vida, el cumplimiento al que nos debemos los galenos desde el Juramento Hipocrático, y a la ley moral que la dignidad de persona nos obliga.

En el reciente Congreso sobre Historia de la Medicina, se efectuó un Encuentro Nacional en Cochabamba con temas medulares como Homenaje al Dr. Joaquín Salcedo Laredo, mesa redonda de Medicina Tradicional, legislación y evaluación cualitativa; y diversas conferencias sobre el quehacer médico tradicional como historia de la Traumatología, vacunas, sangrías, cultura Kallahuaya, fundación de la Facultad de medicina, del colegio médico, del Museo de Historia médica. Y en el capítulo Bioética, se puso énfasis en el conocimiento y el debate sobre la reciente “Interpretación del Tribunal Constitucional sobre el Aborto”. Y de esto último se trata la siguiente reflexión.

Asumimos que la Ley, modificó un artículo constitucional del Código Penal que sancionaba y permitía “judicialmente” el aborto, sólo en casos de rapto, estupro y violación; otro que penalizaba fuertemente a la persona que lo ejecute. Pues, el Tribunal Constitucional ahora interpreta salomónicamente a favor de que, ya no exista proceso judicial, siendo suficiente  un simple certificado policial; y además, libera a quien lo realice de toda penalidad. Como es una resolución inapelable, no acepta la objeción de consciencia y obliga, bajo sanción, al profesional a intervenir, no sólo impidiendo el progreso de la gestación, sino actuando criminalmente contra el nacimiento de una nueva vida.

El reconocido bioético Dr. Javier Luna Orosco, tuvo una frase que definió claramente el gesto del Tribunal Constitucional: “Se prostituye la CPE desde adentro, desde el TC y el poder político. Es un franco apoyo a la cultura de la muerte” P. Miguel Manzanera dijo lo propio “Es una mala interpretación, injusta y grosera” Yo digo: “Es un atrevimiento bioético”.

¿Es acaso el TC una entidad que, de suyo, guarda absoluta confiabilidad? ¿Qué pasó con las Disposiciones Transitorias II aprobadas para la CPE el 2009? Roto el contrato social y el Estado de Derecho; agraviado políticamente el Sr. Montesquieu, implementado el Populismo anarquizante, la interrogante bioética surge de la interioridad, ¿debemos someternos a interpretaciones que alteran el orden moral de la sociedad y la conducen a la anomia y a la destrucción social? El “conversatorio” realizado en el seno mismo del Colegio Médico Regional, expone la “Interpretación” inapelable en favor del aborto contrariando toda la doctrina histórica de la medicina.

¿Por qué no se dable exigir la orden del Juez sumariante ante un embarazo por delito de rapto, estupro o violación? ¿Es suficiente aceptar una certificación ofrecida por la Policía, entidad de absoluta debilidad ética? ¿No se trata de constitucionalizar, promover, facilitar la realización del aborto y el negocio de los aborteros? Y, ¿Qué de la objeción de consciencia y el respeto a la dignidad de persona, del médico y de la víctima?

Conclusión. La intromisión política partidaria en la Justicia daña la ética y los principios fundamentales del ser Humano, la vida.

Cochabamba, Junio 2016.