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Sergio Reyes Canedo

LA CUMBRE DE JUSTICIA, organizada por el mismo gobierno que impuso la elección de magistrados de los tribunales de Justicia por voto popular; que obligó a jueces de carrera a renunciar cuando se modificaron normas institucionales, reclutaron a partidarios para hacerse responsables de la administración de Justicia y convirtieron de fiscales y policías parte de su aparato represor desde el inicio del régimen, hoy, cuando el fracaso es patente y no puede esconderse ya mas la viciosa instrumentalización de este órgano de poder, el supre-masismo en apronte, se dispone a justificar con este evento, modificaciones a la CPE. para perpetuarse en el poder.

Educados en la realidad virtual por la propaganda política del gobierno, los bolivianos que vivimos en la realidad real, miramos como, con escandalosa impunidad se desmanteló la institucionalidad democrática, haciendo del Estado una “casa de tolerancia” que prostituye los sanos valores de la Libertad, Dignidad, Igualdad y Justicia.

Los magistrados, fueron seleccionados por los dos tercios que el MAS tiene en la Asamblea Plurinacional, de una lista de militantes, que en varios casos, ya estaban ejerciendo el cargo puestos por la decisión omnímoda del Presidente Morales. Eso promovió el ascenso de otro escalón de rechazo para el gobierno.

Las dramáticas consecuencias de la corrupción institucionalizada por muchos altos funcionarios del gobierno por delitos de malversación, falsificación y abuso en todos los órdenes, puso sobre el tapete del debate colectivo, la sentencia de la realidad detrás del disfraz indigenista del gobierno: La indiferencia, la incapacidad y la corrupción son otra vez, la causa que abrevia la esperanza y existencia del Pueblo, todavía condenado al desamparo.

Al pueblo, esta “nueva justicia” impuesta, lo lastimó, destruyó y persiguió, mientras se alzan las islas del privilegio a la protección de los afines al partido por parte de algunos jueces y fiscales; muchos ellos, chacales de la persecución de los opositores que hoy suman entre, enjuiciados, muertos, encarcelados, y exiliados, más de 5000 personas, desde que la “justicia del proceso de cambio” reclamó su espada.

Por otro lado, la situación económica en general, y la ineficiencia de las fuerzas del orden al servicio del gobierno y no del Pueblo, se ha convertido en una invitación al delito.

La Constitución que diseñaron, les quedó “apretada” y buscan una “salida” que permita la continuidad del régimen masista; lo cierto, es que la cumbre parece ser el patíbulo donde se ahorque las esperanzas de Justicia.