Noticias El Periódico Tarija

Iván Arias Duran

(Analista político)

 Cuando, en enero de 2014, muy pocos consideraban que Adrián Oliva podría ser candidato, éste lo tenía muy claro: todos los candidatos de la oposición (Oscar Montes, Lea Plaza, Willman Cardozo, Johnny Torrez, Luis Alfaro) no tenían las condiciones para generar consensos viables y esperó con calma, activo y agazapado viendo cómo, uno a uno, se iban cayendo y confluyendo en su persona y propuesta. Así nació, en enero del 2015, UDA y Adrián Oliva como el candidato de consenso que ganó en primera vuelta y arrasó en la segunda.

Adrián se posesionó prometiendo concertación, dialogo y construcción de objetivos comunes en bien de Tarija. Esto le llevó a un acelerado y estrecho acercamiento con el Presidente Morales que muchos círculos radicales interpretaron como acciones de traición al voto que lo llevó al poder. La incertidumbre rondaba en los círculos políticos. La realización del Referéndum por el NO a la reelección y su posicionamiento en contra de los intentos de modificar el artículo 168 de la CPE en favor de los dos hombres más poderosos del país (Morales- García) secó las malas lenguas y demostró que su línea de concertación y búsqueda del desarrollo de Tarija no era a cualquier precio. La certidumbre hacia el voto que lo erigió se consolidó.

 Las encuestas del mes de abril de 2016 expresan, al posicionar al Gobernador de Tarija entre las más altas (86%) en aprobación de sus similares de todo el país, la confianza que tienen los votantes en su líder. En todo caso, la lectura de esos mismos datos, platean desafíos que Oliva deberá enfrentar y solucionar en los próximos seis meses: claridad en el norte hacia donde debe ir Tarija, mística y mando único en la gestión, señales y acciones concretas de lucha contra la corrupción que casi destruyó al gobierno departamental, preocuparse más en y de la gente en temas sociales (salud) que hacen al día a día del tarijeño y, finalmente, romper los feudos locales que impiden la concertación de objetivos comunes. Fiel a su estilo silencioso, observador y felino Oliva, esperemos que Oliva haga ajustes que no solo consoliden las certezas, sino que plateen nuevos y mayores desafíos a una Tarija ávida de esperanzas de desarrollo.