Noticias El Periódico Tarija

El problema con la basura es un problema estructural de todo el país. Si bien Tarija ha sido reconocida por una de las ciudades más limpias de Bolivia, la suciedad en las calles de la ciudad ha aumentado y es visible para todo el mundo: autóctonos y turistas. Los factores que originan esta falta de civismo y cuidado por la basura son diversos y de distinta índole.

La falta de papeleras y contenedores de basura por la ciudad fomenta que los residuos sean botados al suelo ante la impaciencia de los transeúntes para encontrar un lugar donde depositar sus desperdicios.  Hacen falta más papeleras por las calles de la ciudad y es necesario que su emplazamiento no esté tan distanciado de unos a otros. En Tarija puedes recorrer cuadras y cuadras sin encontrar ni una sola papelera por lo que la falta de conciencia tiene una excusa perfecta para dejar caer papeles, bolsas, plásticos y sobre todo recipientes de jugos, que son los reyes del piso.

Pero si bien, la falta de papeleras es una realidad, también lo es la falta de conciencia cívica y de educación de los ciudadanos. El sistema educativo lleva años volcándose en concientizar a  los escolares en lo importante que es para el medio ambiente y para la limpieza de la ciudad no botar residuos al pavimento, olvidando casi en su totalidad otras problemáticas sociales como la igualdad de género, el machismo imperante o los derechos sociales. Sin embargo, algo falla cuando esos niños crecen y la basura sigue acumulándose día tras día en las calles a pesar de los talleres y educación medioambiental.

Y es que esta mala costumbre tiene consecuencias directas con el departamento y con sus  habitantes. En primer lugar puede suponer focos de infecciones y enfermedades, agravadas por la innumerable población canina que deambula sin rumbo por las calles de la ciudad y que ve en la basura que se encuentra una fuente directa de alimentación, lo que a su vez puede suponer un mayor número de enfermedades trasmitidas a través de los animales.

Pero además del peligro para la salud, que ya de por sí debería de ser razón más que suficiente, tiene otras consecuencias que van en detrimento del crecimiento y desarrollo del departamento. Tarija lleva tiempo queriendo posicionarse como uno de los principales destinos de Bolivia para los turistas, tanto nacionales como del exterior. La ciudad tiene facultades y atractivos suficientes para poder consolidar y amarrarse al turismo como uno de sus principales focos de ingresos, sin embargo, la suciedad y el descuido en las calles espantan a los turistas y afean los atractivos que ofrece el departamento.

¿Entonces, por dónde pasa la solución? Pues pasa por el individuo y por la colectividad. Todos, autoridades, ciudadanos, educadores, padres e hijos hemos de poner de nuestra parte para no solo no botar los desperdicios al piso,  sino para recoger y limpiar los que encontremos y sobre todo para recriminar su actitud a aquel ciudadano que no siente ningún rubor en ensuciar de basura las calles.