El diario «el Periódico» destapó una realidad de más de 20 hectáreas que se ha estado cultivando por más de 20 años, la situación del botadero municipal de basura en la zona de Pampa Galana, sin duda lo que más impactó fue ver cientos de chanchos alimentándose de los desperdicios sin clasificar y seleccionar de toda una ciudad… desde pañales, papel higiénico, comida podrida, pilas o baterías, plásticos, medicamentos discontinuados, pinturas, escombros… hasta desechos hospitalarios con todo lo que eso incluye y cuanto asco y repulsión pueda generar.
Pero por allí no sólo caminan estos animales con total consentimiento de nuestras autoridades, sino también jaurías de perros que también comen allí. Lo que preocupa en primera instancia es el hecho de que todo ese ganado porcino termina faenado, comercializado sólo Dios sabe dónde y en muchos platos y mesas de familias tarijeñas (atención que no estamos diciendo que se lo usa para preparar chancho a la cruz aunque tampoco podemos negarlo), no cabe pensar que sus dueños los crían sólo para mascotas de compañía, según se sabe existirían unos dos mil cerdos en criaderos alrededor del botadero, muy cerca de su fuente de alimentación, según información proporcionada en la noche y en la madrugada se escuchan sus quejidos cuando están muriendo en mataderos improvisados y clandestinos, no entendemos por qué si nosotros tenemos esa información el municipio no la tiene y no desplaza a su personal para investigar y revelar la verdad. Lo llamativo es que en más de dos décadas nunca se cerró con una barda, cerca o muro el terreno ocupado por el botadero, facilitando el ingreso de quien quiera a la hora que quiera. Después de nuestra publicación y la reacción ciudadana, evidenciamos que la alcaldía prohibió el ingreso de personas y animales, en una visita realizada hace dos días se evidenció que no habían chanchos aunque no sabemos que pasa más tarde cuando la noche y el frío impiden tener personal vigilando un perímetro inmenso con varios posibles puntos de ingreso, no creemos que los porcinos entren pidiendo permiso y por la puerta principal… ¿ no le parece?. También preocupa como en tan poco tiempo y con tanta efectividad el municipio pudo comunicar e impedir que los chanchos vayan hasta allí, ojalá no sea porque sabe donde están y de quienes son, nos preocupa la reacción de los dueños porque de la noche a la mañana quedarse sin alimento gratis para su ganado no será algo que acepten ni toleren mucho tiempo… como punto de partida nos parece una buena actitud pero verificaremos que tan constante es dicha vigilancia y si los chanchos de Pampa galana comienzan a enflaquecer.
Pero en realidad algo más serio que los chanchos, es lo que significa tener un botadero así, sin cumplir normas ambientales, donde se mezcla todo clase de desechos, miles de toneladas enterradas posiblemente contaminando los acuíferos subterráneos, el agua que consume la gente ya sea para beber o para regar sus cultivos. Después de que la Cooperativa del ramo negara la posibilidad de contaminación en pozos hídricos próximos, un análisis de la Universidad «Juan Misael Saracho» estableció lo contrario, es decir, constató que sí existe contaminación del agua que se extrae de dichos pozos, el problema es grave, si esto no mueve de verdad a nuestras autoridades no sabremos que pensar, es hora de saber qué sucede y hasta qué punto nos afecta. No sólo se necesitan respuestas sobre qué se hará inmediatamente con todo lo relacionado al botadero ( chanchos, perros, agua, etc) sino qué pasará cuando se elija otro lugar para hacer uno nuevo, imaginamos con base en normas internacionales… porque el dejar en el actual, sin más parpadeo, todo eso enterrado, con seguridad que continuará afectando la salud pública, es urgente hacer algo y planificar para hoy, mañana y para dentro de 50 años.