ABI/BOLINFO
El presidente boliviano Evo Morales reivindicó el jueves de Corpus Christi el credo católico de ofrecer la otra mejilla en el trance de la agresión, en momentos en que su gobierno se ha dicho blanco de una campaña convenida desde afuera por sus opositores para tumbarlo.
«Jesucristo nos enseñó a ser pacientes y a soportar todo, por los pobres y los humildes», escribió en su cuenta de Twitter, mientras la población boliviana, mayoritariamente católica, se recogía en estricta sujeción a su tradición religiosa.
Por mandato de su carta política de 2009, Bolivia es un Estado laico que admite la pluralidad de profesiones de fe.
La religión católica es la mayoritaria en su población de 10 millones de habitantes.
El mandatario indígena ha deplorado los ataques que medios privados surten, particularmente desde febrero pasado, para limar su legitimidad en base de infundios.
Católico practicante y confeso, Morales sostiene una estrecha relación con el Papa Francisco.
Mientas la jerarquía eclesiástica boliviana formulaba este jueves llamados para que la administración Morales acuerde soluciones a los reclamos de un grupo de personas con discapacidad física, que porfía desde hace 3 meses por el pago de un bono vitalicio de 500 bolivianos (70 dólares) mensuales para 40.000, Morales se quejó contra los medios de comunicación que controla la Iglesia Católica en Bolivia.
«Medios de comunicación de la Iglesia Católica continúan como en el tiempo de la colonia. Hoy humillan al presidente indígena», deploró el gobernante de izquierdas en su cuenta de Twitter.
Los escritos de Morales se registran semanas después que un infundio, intensamente difundido por medios privados entre febrero y este mayo que languidece, sobre los devaneos de su relación con Gabriela Zapata, una mujer sentimentalmente vinculada a él hace una década y procesada hoy mismo por enriquecimiento ilícito, cayeran por su propio peso.