Noticias El Periódico Tarija

Generales.

Desde el año 93, la Empresa Municipal de Aseo de Tarija (EMAT), le abrió las puertas a la basura de los tarijeños. Desafortunadamente, a pesar de los aplausos que ellos mismos se dan en su página de internet, en la cual aparentan ser una empresa responsable, digna de la confianza de los tarijeños, EMAT sale a ser el creador del foco de contaminación y pasivo ambiental más grande, peligroso y de larga duración que existe en el Valle Central y, posiblemente, el departamento.

Esto ocurre porque en sus 26 hectáreas, se han venido enterrando, sin ningún tipo de cuidado ni recaudo, todo tipo de residuo: los orgánicos con los reciclables, con los no reutilizables, y con los peligrosos. Poniéndolo en contexto, esto quiere decir: plásticos de las casas; con vidrios rotos de donde vengan; con jeringas de los centros hospitalarios; con la basura de los talleres mecánicos; con las llantas usadas de los conductores; con la basura de los mercados; con los tumores y pañales con caca de los hospitales, y con la basura doméstica, que contiene de todo: desde chinches herrumbrados, focos rotos, ropa vieja, hasta pilas y baterías en desuso y basura orgánica entre otros.

O sea, un coctel de contaminación horroroso que hasta el pobre Freddy Krueger se asustaría. Sobre todo, porque a este vertedero de basura donde llega este coctel de residuos, carece de ciertos elementos estructurales que (por Ley) debería contar. Para ser más preciso, un relleno sanitario es un método diseñado para la disposición final de la basura que consiste en depositar los desechos sólidos en fosas o huecos en el suelo, esparciéndolos, compactándolos y reduciéndolos al menor volumen posible para que, de esa manera, ocupen la menor área posible y luego, al terminar el día, se cubren con una capa de tierra y se compactan nuevamente.

En un relleno sanitario, ese debería ser el proceso cotidiano de manejo de la basura. Sin embargo, en el Relleno Sanitario de Pampa Galana, ¡eso no ocurre! Al menos, no todos los pasos anteriormente descritos son cumplidos tal cual deberían cumplirse. ¡Al final del día en Pampa Galana, la basura no se cubre! ¡ESTE PASO ES DELIBERADAMENTE OMITIDO CON FINES ECONÓMICOS ILÍCITOS!

Riesgo para la Salud

Y ¿por qué no se cubre? ¿qué objetivo tiene no cubrirla? Bueno pues, por un lado, el objetivo es la implementación del criadero de cerdos más grande del departamento (Figura 1). Estos chanchos comen, literalmente, todo lo orgánico (y por accidente hasta inorgánico) que llega a este vertedero. Y por otro lado, el objetivo es el reciclaje de todo tipo de cosas que puedan tener un valor en el mercado (Figura 2).

Aunque esto parezca bien, debido a que lo que comen los cerdos y lo que recicla la gente es basura, estas actividades están catalogadas como infracciones graves según el artículo 45 de la Ley 755, de Gestión Integral de Residuos (Figura 3). Y están catalogas de esta manera porque los riesgos que representa estar encima del coctel descrito antes.

Con esto en mente, uno naturalmente se pregunta: ¿por dónde entran las personas y los cerdos al vertedero? ¿Acaso no está cerrado? ¿Acaso no tiene personal de planta que trabaja para impedir que esa Ley se incumpla? Y la respuesta es que este es uno de los pasos deliberadamente omitidos, por un lado, porque a pesar de que el ingreso a particulares está prohibido y tiene un cerco y personal de planta que podría hacer respetar la mencionada Ley, el personal y cerco, solo están al frente (Figuras 4 y 5). ¡En todo el resto del perímetro del vertedero de 26 hectáreas de tierra, los vecinos ni siquiera conocen a los guardias ni han visto nunca un cerco!

Lo trágico de la carencia de este cerco y del incumplimiento de la prohibición de ingreso, es el riesgo que corren, primero, las personas que ingresan al vertedero a reciclar, pisando todo tipo de residuos y corriendo el riesgo de contraer alguna enfermedad debido a que los residuos hospitalarios son vertidos en el mismo lugar (figura 6 y 7), o a ser mordido por un perro con rabia. Sobre todo, si recordamos que el año 2009, la ciudad de Tarija batió todos los récords de rabia canina a nivel nacional, y su foco máximo de infección era, justamente, este vertedero de basura.

De 108 a nivel nacional, ¡Tarija tenía 55! O sea, ¡más de la mitad de los casos de rabia canina a nivel nacional, se encontraban en Tarija! Y de las dos personas que murieron ese año con rabia humana en todo el país, ¡Tarija aporto con uno de los muertos! O sea, ¡el 50% de los muertos! Desafortunadamente, el muerto no fue uno de los funcionarios que con su sola firma, este cerco se materializaría, sino un niño de San Luis, a quien le había mordido su propio perro. ¡Perro que por cierto, estaba vacunado contra la rabia canina y la familia del niño portaba con su carnet de vacunación!

Y con este último dato, incluimos a los funcionarios del SEDES, que tratándose de un tema de salud, deberían haberse sentido aludidos hace mucho tiempo atrás. Sin embargo, por un tema de espacio, no nos detendremos a analizar cual sería el rol que deberían jugar en esta bomba de tiempo, sino que pasaremos a otros irresponsables que, como el SEDES, tampoco han aparecido: Zoonosis, SENASAG, la Intendencia municipal y la Secretaría de Medio Ambiente entre algunos de los que tienen mucho que responder.

Sobre Zoonosis, uno se pregunta: ¿será que su personal sabe de la existencia de tantos perros en el relleno sanitario? ¿Será que están vacunados todos? Como uno de sus objetivos fundamentales y razón de su existencia, es el control de la reproducción de los perros, ¿será que los perros existentes en el vertedero, que no son menos de 500, están todos esterilizados?

Sobre la Intendencia Municipal, me gustaría saber si han investigado sobre mataderos clandestinos por la zona de Pampa Galana. Porque cuando uno se da una vuelta por el vertedero, no es raro escuchar el típico chillido de chanchos siendo acuchillados. Y espero que no digan que no saben porque, durante reuniones mantenidas en el 2007 y en el 2009, justamente para darle solución a este problema, la Intendencia Municipal estaba presente.

Sobre el Senasag, que tiene como objetivo, supervisar la condición sanitaria del sector productivo agropecuario y forestal y la inocuidad alimentaria, yo diría que son, sino los primeros en la lista de responsables, por lo menos los más llamados a hacer algo al respecto. En este vertedero los cerdos se pasean a sus anchas, comiendo todo lo que pueden y, consecuentemente, engordan hasta casi reventar, para luego terminar como carne en un frial tarijeño y acto seguido, en el plato que alguien comerá.

Y sobre la secretaría de Medio Ambiente, yo me pregunto ¿cómo hacen ellos para evaluar los impactos ambientales? ¿qué criterio usan para calificarlos y categorizarlos? y ¿cómo deciden si emitirán o no una licencia ambiental? Porque la población tiene que saber que a pesar de todos los impactos ambientales y en la salud que este relleno sanitario conlleva, la Secretaría de Medio Ambiente, emitió no una licencia sino un Manifiesto Ambiental, que es su equivalente pero peor.

Y es peor porque una licencia se emite cuando, antes de llevar a cabo una actividad que causará impactos en el medio ambiente, mediante una propuesta se la solicita a la autoridad ambiental competente departamental. Y un manifiesto se emite, cuando la actividad se llevó a cabo sin licencia, y se realiza el trámite después de haber infligido la norma. Pero bueno, Esto me da pie a mi siguiente punto: el impacto ambiental.

Impacto Ambiental

Sobre este tema, hay muchísimo para decir, pero debido a espacio no diré mucho, sino que me remitiré explicar brevemente la bomba de tiempo que significa el Relleno Sanitario de Pampa Galana. Comenzar con decir que, a pesar de violar todo lo que dice la normativa ambiental vigente, este relleno cuenta con un Manifiesto Ambiental, que lo habilita para continuar llevando a cabo la actividad que viene realizando de la manera en que lo realiza: ¡de la manera más irresponsable posible!

O sea, además de (1) no contar con un cerco perimetral; (2) de permitir el ingreso de personas y animales, (3) de permitir el reciclaje dentro del vertedero, (4) de llevar a cabo el vertido conjunto de residuos hospitalarios, que son considerados peligrosos, y (5) de permitir que animales que luego serán consumidos por personas, se alimenten dentro; este vertedero (6) no cuenta con una geomembrana (Figura 8) que impida que el suelo sano y los acuíferos subterráneos sean contaminados (Figura 9); (7) tampoco cuenta con una planta de tratamiento de aguas que trate los lixiviados (Figura 10a y 10b) que se generan en el vertedero, que no son menos de 50 mil litros al día; ni (8) menos con chimeneas que eliminen los gases producidos, como el gas metano y el dióxido de carbono.

Básicamente, incumple todo lo que puede y pisotea, desde la ordenanza más superficial, hasta todas las leyes referidas al tema y la Constitución Política del Estado. Pero si solo fuese eso, no habría muchos problemas más que legales. El problema de incumplir con todas estas normas, sobre todo las ambientales, es que el subsuelo y los acuíferos subterráneos se están contaminando terriblemente.

Luego, cuando este vertedero se haya cerrado y otro este en funcionamiento, aunque se tomen las previsiones del caso en el nuevo vertedero, el relleno sanitario de Pampa Galana, ya cerrado, seguirá contaminando porque se habrá transformado en un pasivo ambiental (Figura 11).

Sin embargo, al respecto, ni el gobernador ni el alcalde pueden decir que no saben de este desastre porque ya fueron debidamente notificados. A Rodrigo Paz, aunque sin amor, le mande más cartas que a mi novia; y a Adrián Oliva, a pesar de que no fueron tantas, le informe (1) sobre este ilícito y (2) le pedí que me exponga los fundamentos en el que se basan para emitir el Manifiesto Ambiental a ¡semejante bomba de contaminación (Figura 12)! Y para que la población sepa, todavía no me ha respondido.

Asimismo, y aunque el gobernador ha estado bastante desaparecido cuando se habla de rellenos sanitarios, la Ley 755, en su marco competencial, establece esta responsabilidad como concurrente. Sin embargo, debido al principio de subsidariedad, es el Gobierno Municipal de la ciudad de Tarija y la Provincia Cercado, el responsable directo y, por lo tanto, el primero en la fila de responsables para darle una solución, primero, a la contaminación que, día a día, ellos generan deshaciéndose de la basura de la manera en que lo hacen y, segundo, diseñar alguna forma de limpiar, poco a poco y sistemáticamente el pasivo ambiental que envenena y envenenará, posiblemente por siglos, nuestros acuíferos subterráneos!