Noticias El Periódico Tarija

Alfredo Colque Machicado

(Economista Máster en Economía del Gas y Petróleo)

Justo cuando se otorga el «Premio Nacional Libertad de Expresión 2016» y a propósito del día del periodista se dice que en Bolivia, la libertad de expresión pasa por su peor momento, nada más falso.

Pues la libertad de expresión es un derecho de todos los seres humanos y además es una herramienta que nos permite vivir en armonía y democracia. En el caso de algunos analistas políticos, también de algunos medios de comunicación y periodistas este derecho también se mantiene como una de las bases de una sociedad democrática. Sin embargo, qué sucede cuando está libertad es alterada y mal utilizada por ciertos elementos (algunos analistas políticos, medios de comunicación y periodistas) a quienes sólo les importa ganar dinero y protagonismo político? qué sucede cuando esta libertad se convierte en libertinaje? Cómo evitar que algunas personas a título de “analistas políticos” y periodistas, abusen de la libertad de opinión? Cómo lograr que las personas ajenas a estos y que se encuentran al medio rechacen naturalmente a este tipo de aprovechadores de la libertad de expresión, a los medios de comunicación y periodistas que informan lo que les conviene? Cómo evitar ser cómplices de estos reyes del libertinaje, de tantos medios de comunicación que desvirtúan la información?, es realmente un problema complejo, más aún, por qué la gente sin querer queriendo, o queriendo con querer se deja engañar por la opinión de (algunos, no todos) que a título de analistas políticos y la prensa libre se aprovechan de la libertad de expresión.

Lo cierto es, que no es un tema fácil de analizar, sobre todo cuando nosotros mismos somos cómplices directos o indirectos del mal uso de la libertad de expresión que hacen algunos medios de comunicación. En el caso de la televisión se puede observar muy claramente este fenómeno, sobre todo en las novelas políticas que distraen al ciudadano de los verdaderos y reales problemas. Las peleas entre políticos difundidas por algunos medios de comunicación, las hemos aceptado como parte de nuestras vidas, pareciera que son más importantes que las necesidades insatisfechas de la población, cuando no lo son. Pero si dejamos de lado esa aceptación natural y hacemos un análisis a conciencia, nos daremos cuenta que estos temas de la farándula política no tienen ningún sentido. En el caso de la prensa escrita (no todos) sucede lo mismo, diariamente vemos tapas enteras con noticias totalmente sin sentido y que no aportan en nada a nuestra sociedad, lo mismo sucede en el caso de la prensa radial, donde a diario se hace uso y abuso de la libertad de expresión.

Lo malo de todo esto es que nos hemos acostumbrado tanto a verlas y oírlas, que ya las aceptamos como parte del día a día e incluso las comentamos.

En general en nuestra vida diaria pasa lo mismo, aceptamos como normal muchas cosas, sobre todo del ámbito político, que no aportan en nada a nuestra vida ni a la sociedad. Simplemente las aceptamos porque sí y punto. Las aceptamos por tradición, cultura, motivos familiares, moda, estatus, o porque alguien más (analistas políticos, medios de comunicación y periodistas) nos dicen que son importantes. Nos falta tomar conciencia de nosotros mismos, los ciudadanos y ese creo que es el tema de fondo. Esa es la razón por la cual tienen tanto éxito algunos analistas, medios de comunicación y periodistas sensacionalistas. Porque somos nosotros los ciudadanos los que no tomamos conciencia de lo que están diciendo o reproduciendo, o de repente si la tienen y lo hacen apropósito para mantenernos aletargados y estúpidos. Recuerden que la historia nos enseña que la mejor manera de gobernar a un pueblo es mantenerlo con miedo e ignorante, la historia muestra eso y parece que todavía no aprendemos.

Sea como fuese, deseo con esta columna de opinión, llegar principalmente a los periodistas y a la ciudadanía en general, no podemos esperar a que otras personas cambien, debemos cambiar nosotros primero y ayudar a que el resto cambie, echar la culpa a cierto tipo de público que consume este tipo de información es tentador pero a la vez irresponsable. Me dirijo a aquellos que abrazan la verdadera profesión del periodismo y usan los diferentes medios de comunicación para informar la verdad, ya es hora de tomar conciencia de nosotros mismos, de nuestras acciones, palabras y pensamientos, dejemos de hacer las cosas por hacer y seamos conscientes de cada momento en nuestras vidas. Es hora de despertar y ayudar a otras a despertar. Les propongo lo siguiente, que les parece si antes de difundir lo que otros van escuchar, ver y leer, pensamos un segundo si aquello que informamos tendrá algún resultado positivo en nosotros y en la sociedad. Si lo tiene entonces bien y si no lo tiene entonces mejor dejamos de hacerlo y cambiemos. Este es un principio básico de la libertad de expresión, que se diferencia abismalmente del libertinaje.

Si se dan cuenta no podemos aceptar que nos digan que, la libertad de expresión pasa por su peor momento, sólo basta ver como algunos se aprovechan de ella, además es hora de analizar si les hace bien a ustedes (medios de comunicación y periodistas), sino también si le hace bien a la sociedad. Definir que nos hace bien o mal es un tema complicado, ya que existen diversas maneras de ver el mundo. Pero, creo que si consideramos el efecto que nuestras acciones, palabras y pensamientos pueden causar en los demás estamos un paso más cerca a lo que “deberíamos” hacer.

Hacer uso real de la libertad de expresión y no del libertinaje.