Los problemas están ahí, algunos irresueltos por décadas, sin que nadie los haya podido solucionar, las carencias de la
población siguen siendo tales en la medida que autoridades sucesivas no tomaron decisiones que en muchos casos debieron ser radicales.
En el ámbito municipal, seguro un pendiente gigante pasa por reordenar el tráfico vehicular en general y el transporte público en particular, así como definir accesos de comunicación que hagan viable esta ciudad. Lo cierto es que como no se hizo antes alguien debe hacerlo ahora y eso supone querer transformar, cambiar, pero con la más que posible oposición de sectores sociales u organizaciones que están involucradas y pudieran sentirse afectadas. En el caso del tráfico vehicular no sólo pasa por organizar al transporte público sino por abrir alternativas, accesos, calles, avenidas, que permitan a la gente tener otras vías que descongestionen, distribuidores o pasos a desnivel, puentes que vinculen unas zonas con otras.
Con la presencia de los camiones de apoyo del Dakar, la ciudad se caotizo pues ingresaron por una arteria que es su columna vertebral: la Av. Las Américas, más allá de la fiesta de miles de ciudadanos las quejas se hicieron escuchar porque al ocupar y cerrar esta vía, la ciudad entera sintió los efectos y consecuencias. Ese es un simple reflejo de lo mal que planificamos, el aeropuerto se vio afectado, la margen derecha del río Guadalquivir con populosos barrios y escasos puentes que los vinculen con la otra «banda» también sintió la incomunicación, el centro y calles adyacentes
eran escenario de embotellamientos y mal humorados.
Desde el municipio se explico que se encargó una consultaría que nos diga que hacemos con este problema en Tarija, esperamos sus conclusiones ansiosamente ya que la indefinicion nos perjudica, aún no sabemos si apostataremos por las peatonales y la bicicleta o que hacemos con amplias veredas y estrechas calles que sólo complicaron la situación en vez de mejorarla. Punto a parte merece lo que se relaciona con el transporte público ya que se trata de un sector duro,
reactivo y al que los municipes no quieren enfrentar, se deben reordenar las líneas de micros que asfixian el centro urbano y dejan con poco oxígeno el resto de la urbe, la congestión de varias líneas por las mismas calles y de ninguna en otra nos muestra un desequilibrio mezquino en la prestación del servicio. Igualmente se debe trabajar en el funcionamiento de líneas de taxi trufis y taxis, definiendo sus rutas y su acceso a ciertos puntos de la ciudad. Pero ¿ quien será el que asuma esta responsabilidad?… debería ser el Alcalde, habrá que ver si esta dispuesto a hacerlo ya que esto implica chocar, encarar, enfrentar, lógico que el dialogo debe ser el camino a seguir pero si este no prospera se debe decidir entre dejar todo como esta o querer cambiar las cosas a cualquier costo, especialmente el político. Si estas transformaciones no se dan en los tres primeros años de gestión edil, difícilmente se las hará después ya que
significaría un desgaste político, lujo que nadie se puede dar con elecciones a la vuelta de la esquina.
Los transformadores de verdad deben entender que primero están los intereses de la gente, que no puede haber cálculo alguno que condicione su actuar porque si eso sucede difícilmente quienes no están dispuestos a apostar por el cambio, querrán salir de su zona de confort del «no hacer y discursear»