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LEONEL SUAREZ Q./BOLINFO/TARIJA
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(elPeriódico-mayo 14) De un tiempo a esta parte, algunos de los productores agrícolas tomaron conciencia sobre el uso de los agroquímicos para el cultivo de sus productos, en ese sentido aducen que sus productos son ecológicos. Sin embargo, existe otro gran sector que todavía utiliza herbicidas, pesticidas, insecticidas, fertilizantes y otros productos, algunos de estos tóxicos y nocivos para la salud, sin que las instituciones ejerzan un riguroso control sobre los directos proveedores.
A pesar que productos químicos como Dieldrín, Toxafeno, Diclorodifen, Endrin, DDT, Clonado, Heptacloro, Aldrina, Heptacloro, Clordimeform, Hexaclorobenceno, Mirex, entre otros, están totalmente prohibidos para el uso agrícola, en Tarija existen agroquímicas que aún los comercializan.
Según algunos productores agrícolas, la mayoría de los agroquímicos que se comercializan en el país, son ingresados por contrabando, es por ello que la Aduana Nacional de Bolivia no regula esta situación. Una vez dentro del mercado,  instituciones como el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria (Senasag), el Servicio Departamental Agropecuario (Sedag) tampoco realizan los controles correspondientes en las agroquímicas.
La falta de control sobre el uso de estos químicos deja desprotegida a la población y pueden acarrear enfermedades tales como, cáncer en la piel, cáncer pulmonar, leucemia, trastornos teratogénicos, mutaciones, malformaciones, esterilidad, alergias respiratorias, problemas gastrointestinales o dermatitis de contacto.
La ejecutiva de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (FSUCCT), Marcela Guerrero, explicó que los productores agrícolas del sector campesino utilizan los químicos de acuerdo a sus cultivos.
“Hay componentes químicos que no deberían venderse en el país, pero a pesar de sus prohibición, se siguen vendiendo y son utilizados mayormente para el cultivo del tomate. Son sumamente dañinos, incluso son uno de los factores causantes de cáncer”.
Guerrero ejemplificó  que cuando se observa alguna plaga o enfermedad en sus cultivos, para saber qué remedio utilizar, llevan una muestra contaminada y son las mismas agroquímicas quienes recomiendan el producto a utilizar.
Por otro lado, el productor y dirigente campesino, Antonio Barrientos, señaló que se utilizan varios productos químicos para el cultivo de los vegetales. Por ejemplo, para la papa se aplican productos como la Actara, Carbufurán; para plagas se utiliza Capital, Tambada etiqueta amarilla y verde; para el hongo utiliza Curatán, Arriba, Curacrom, entre otros.
En el tomate, de insecticidas se utiliza productos como Lambada, Rubom y Curacrom; en herbicidas se usa Sencor; en fungicidas el  Acrobat y Amistar; mientras que en bactericidas se usa Funjovat. En la vid azufre  para tratamiento;  en la brotación, Cobrato y Cabriotac.
Barrientos señaló que los agroquímicos a utilizar varían de acuerdo a la especie de cultivos que se tenga, tomando conciencia de la contaminación que estos pueden causar, agregó que los que tienen mayor demanda son los “azufrados”, que son productos que tienen menor índice de toxicidad.
Sobre la producción orgánica de los vegetales, Guerrero manifestó que esta situación se ve un poco limitada debido al fenómeno del cambio climático, además que cada año que pasa aparecen nuevas plagas que atacan a los cultivos.  Por esto, agregó, como campesinos se evita el uso masivo de estos agroquímicos, puesto que dañan el piso ecológico y la tierra sufre un desgaste el cual limita la buena producción. (eP)

elapunte

Químicos suponen un riesgo para el medio ambiente
Según el ambientalista tarijeño, Gonzalo Torres, las consecuencias del uso de los agroquímicos (pesticidas y fertilizantes) en general, no solo de los prohibidos sino también de los legales, son graves. La mayoría se esparce o llega a especies que no deberían recibirlo quedando seriamente afectadas o muertas. Y su efecto no termina ahí porque, con la ayuda del viento, gran cantidad de estos químicos terminan llegando a terrenos cercanos donde los animales que lo consumen, terminan con diferentes niveles de intoxicación, y a centros poblados, donde las personas que lo respiran, son igualmente afectadas en sus vías respiratorias. (eP)
Asimismo, Torres explicó que la comercialización de estos químicos no está regulada por ninguna entidad y puso como ejemplo que un niño puede comprar veneno para las ratas y otros venenos altamente tóxicos en cualquier veterinaria.