Noticias El Periódico Tarija

Marcelo Ostria Trigo

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El ambiente político se está caldeando peligrosamente. Se pretende desconocer el resultado del referéndum del pasado 21 de febrero, que cerró la posibilidad de una nueva reelección del actual mandatario. En este intento de prevalecer –ya hay un discurso destinado a enfervorizar a los partidarios del oficialismo–, se insiste en la curiosa acusación de que el MAS perdió dicho referéndum por la “guerra sucia” y las mentiras de la oposición y –cuándo no– de Estados Unidos, a través de las redes sociales, por lo que se propone buscar mecanismos que permitan la nueva reelección del presidente Evo Morales.
Y vino lo explícito: el presidente de la cooperativa 26 de Febrero de Colquiri advirtió que sus afiliados harán que salga un “ejército de mineros” para defender nuevamente la reelección de Morales. Por supuesto que no se entiende eso de defender una posible candidatura a una nueva reelección presidencial que fue democráticamente rechazada por la ciudadanía. Pero, en fin, la tozudez se basa también en la inflamación de las pasiones y esperanzas, pues el presidente –que recibió para su propósito continuista el apoyo de los participantes en el reciente congreso campesino de Cochabamba– en una arenga ya había dicho: “Si nos unimos de verdad, nuestro proceso puede ser como en China, gobernar para toda la vida”, lo que es propiciar un gobierno de un solo partido, obviamente antidemocrático.
Estas expresiones de deseos no son las que más preocupan. Son los hechos: la autorización gubernamental para que se usen cartuchos de dinamita en las manifestaciones callejeras, con los que los mineros causaban intranquilidad y ansiedad en los ciudadanos, es un síntoma de que hay propósitos aviesos. La COB, que coordina sus acciones con el Gobierno, fue la que pidió la legalización del uso callejero de este peligroso explosivo. Ni siquiera se tomó en cuenta la muerte de Máximo Mamani, un anciano minero que activó un cachorro de dinamita en el desfile por el Día del Trabajo en Achacachi, y la onda explosiva le quitó la vida.
Aquello de que buscan mecanismos para lograr la nueva reelección del presidente, y que en 2019 habrá un segundo tiempo para lograr ese objetivo, lleva la amenaza de que, con el “ejército de mineros”, se defenderá nuevamente la reelección de Morales. ¿Se habrá pensado que lo que menos necesita Bolivia son dolorosos enfrentamientos como los del pasado? ¿Adónde quieren llegar los que propician el mecanismo de las luchas políticas usando la violencia? Preocupante, sin duda.