Noticias El Periódico Tarija

Max Murillo Mendoza

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Los hartazgos en todo el mundo hacia el mundo político, están generando profundas antipatías de las sociedades que éstas prefieren ahora a gente fuera del escenario político, como el brutal Trump en los Estados Unidos. La decepción generalizada hacia los sacerdotes de la política, por lo corruptos y degenerados que son está dando espacio y lugar a los populismos por todo el mundo. En Europa las victorias de las ultraderechas, que son nomás las broncas más profundas de aquellas sociedades hacia lo establecido, que explotan ante las incoherencias y arbitrariedades de sus políticos clásicos, sean estos de izquierda o derecha no tiene la menor importancia porque en todas partes son exactamente lo mismo.

Son las caras de la misma moneda. Lo peligroso de todo esto es que se están produciendo movimientos tectónicos que cambiarán la naturaleza de los Estados, como la historia nos enseña, si es que nos enseña, no son fenómenos positivos y otra vez se descargarán contra los más vulnerables del planeta: los miles de millones desplazados y condenados de la tierra.
Trump será el candidato de los republicanos en los Estados Unidos. Se enfrentará a la Clinton que es lo menos peor para la política norteamericana; aunque es casi igual por lo hipócrita y peligrosa que es desde la política internacional: invasión a Libia, destrucción de Siria, bombardeos de Palestina y apoyo al control mundial de la información. Disimula mejor la tragedia norteamericana. Sin embargo, el escenario norteamericano se teñirá definitivamente de populismo gringo con la presencia cada vez más radical del señor Trump. Populista al que le interesa un carajo los millones de migrantes, que son productos y resultados de las políticas económicas de las imposiciones gringas, mediante todos sus mecanismos financieros totalitarios para el dominio maquiavélico de todo el mundo, pues estos representantes de las oligarquías gringas creen que ahora ya no necesitan mano de obra esclavizada porque sus industrias empiezan a reemplazar a los humanos por robots, y sus racistas sociedades encuentran el mejor pretexto para justificar políticas excluyentes y discriminadoras.
Trump será el candidato de los republicanos en un momento muy delicado de la política internacional, donde la hegemonía norteamericana pierde eficacia y respeto por todas partes. Y nadie sabe realmente hacia donde se dirigen los Estados y las sociedades. La incertidumbre se ha apoderado por todo el mundo, y las sociedades reaccionan como en todas las épocas encontrando mecanismos muchas veces no precisamente interesantes: Alemania encontró a Hitler, Italia a Mussolini, etc. Así los populismos del norte avanzan ante la crisis generalizada de sus sistemas políticos, que no han dado respuestas adecuadas a las demandas de sus sociedades, sino se han corrompido y degenerado a extremos repugnantes. Ese asco y desaliento sobre el comportamiento de los políticos está empujando a las sociedades gringas a optar por populistas, que no necesitan las estructuras políticas tradicionales para prometer soluciones a sus poblaciones. En realidad quieren destruir los sistemas políticos actuales, lo que es un atractivo para sus sociedades. Trump ha prometido desmontar las estructuras tradicionales de la política norteamericana, y eso es lo que quieren sectores cada vez más numerosos e influyentes de norteamericanos.
En Europa el cansancio hacia el sistema tradicional actual es también evidente. Lo que acaba de suceder en España estos meses, donde los políticos se han aferrado más a sus ideas torpes ideológicas, cuando el país entero busca respuestas más allá de las posturas de pinta discursivas y de café, pues les conduce a seguir derrochando dinero de los contribuyentes para darse el lujo de llamar a otras elecciones. El capricho de los políticos que no escuchan a sus pueblos inevitablemente les está conduciendo a callejones sin salida. Pero las salidas son por supuesto inesperadas, y los testaferros de los delirios de poder están a la vuelta de la esquina. En todo el sentido de la palabra, los populismos gringos tienen abonado los territorios donde actuarán sin contemplación alguna. Europa como Estados Unidos avanza al despeñadero de sus propios fantasmas, que se creían los últimos 70 años desterrados y superados; pero al parecer sólo estaban dormidos, esperando la oportunidad de despertar y actuar.
Los pueblos por todas partes toman consciencia y responden cuando tienen que hacerlo, muchas veces confundidos y entumecidos por los golpes se equivocan. Pero nunca se rinden, porque los principios de sobrevivencia son muy fuertes y son los que al final sobreviven en el tiempo y la historia. Por el norte el cansancio de los pueblos a la corrupción generalizada de los sistemas políticos, están dando respuestas para cambiar esos sistemas. Por hoy sólo encuentran populistas de ultraderecha o cantores de catacumbas medievales. Ante la ausencia de alternativas y líderes nuevos como renovados y con espíritus realmente nuevos, sólo encuentran populistas anti sistemas. Y debemos tener esperanzas sobradas para que esos pueblos encuentren por fin líderes nuevos, con espíritu sano y con espíritus de labrar la tierra junto a sus pueblos. En lo que tienen toda la razón mundial aquellos pueblos es en el hartazgo y la repugnancia hacia los políticos actuales. Me alegraría si resucitaran la guillotina, y me gustaría ver algunas cabezas rodar en las plazas de las ciudades europeas, otra vez.
La Paz, 4 de mayo de 2016