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El viceministro de Régimen Interior, Rodolfo Illanes, informó el jueves por la noche que el Ministerio de Gobierno inició una querella penal en contra de un infiltrado en la protesta de las personas con discapacidad que causó la rotura de una de las vallas de fierro que protegen la plaza Murillo y que además habría ocasionado lesiones a un efectivo policial.
«Aprovechándose de esta situación, un grupo de infiltrados exaltados, que obedecen a consignas políticas, han desmantelado parte de las mallas metálicas, producto del cual se ha procedido a la detención del ciudadano de nombre Javier Rodrigo Rocabado Cordero, de 18 años de edad, que es el principal instigador y actor en la rotura de la valla, sustracción y extravío de ese bien del Estado. El Ministerio de Gobierno se está querellando en contra de esta persona», informó a red Patria Nueva.
El Viceministro indicó que el sujeto causó también daños en la integridad física de un teniente de la Policía Boliviana, por lo que se prevé que también será imputado por ese delito.
«Ha causado un daño a la integridad del teniente Rodríguez Chacón que se encuentra en el hospital Obrero siendo atendido de emergencia y probablemente también se le tendrá que querellar por lesiones en función a lo que determine el médico forense», señaló.
Illanes dijo que el detenido no forma parte del grupo de personas con discapacidad que se encuentran en vigilia en demanda de un bono de 500 bolivianos, por lo que se tomaron las acciones pertinentes.
Por otro lado, sostuvo que las personas infiltradas que provocan conflictos en la protesta pretenden ocasionar la reacción de la Policía, pero que no lo lograrán porque los efectivos tienen la instrucción de no responder a las agresiones.
«Queremos expresar nuestro respaldo y nuestro pleno apoyo a la función de la Policía que en este momento está soportando estoicamente estas agresiones por parte de infiltrados que pretenden crear un estado de zozobra, de caos y anarquía con este reclamo que hacen los hermanos discapacitados», enfatizó.
Indicó que la Policía que resguarda los ingresos a la plaza Murillo tuvo que soportar hasta el momento agresiones de carácter físico e insultos.
