LIDIA AZURDUY R./BOLINFO/TARIJA
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(elPeriódico-May 1) Son muchas las infracciones que se cometen a la vista pasiva de generaciones de autoridades, denotando la pérdida justamente del sentido coercitivo de autoridad o de lo que se pudiese entender por complicidad.
Las normas en el ámbito municipal sólo quedan en un conjunto de letras que nadie lee y menos cumple, incluso son quienes las elaboran y sancionan las que no buscan sean aplicables y cumplidas, sino que se quedan en un deber para ganar sueldos, dietas o réditos de otra índole.
En esta oportunidad, observando las calles de la ciudad: son muchísimas las construcciones clandestinas de negocios que cada vez con mayor sofisticación de toldos copan veredas, aumentando la propiedad de negocios pero en desmedro del peatón y ejerciendo un uso abusivo de espacios públicos.
Seguramente los funcionarios municipales de manera tímida iniciaron alguna labor sacando una silla o mesa, hoy hay auténticos restaurantes al aire libre bajo techos con estructuras metálicas que forman parte del mobiliario de calles, clavadas al piso.
En la ciudad hay quienes de manera pasiva o conformista han dejado de asombrarse y reclamar por estos hechos, frente a autoridades y funcionarios públicos del Municipio de Cercado que eligen qué deber cumplir de acuerdo a diversos cálculos.
Tarija Cercado merece orden, lograr una convivencia entre los derechos de todos a través del cumplimiento de normas y sentido común, no hacerlo de manera inmediata trae consigo el riesgo de que ciertos ciudadanos abusen de otros ante la mirada adormecida de quienes deben actuar. (eP)