Noticias El Periódico Tarija

Según un estudio danés, cada kilómetro realizado en coche supone un coste para la sociedad de 3 céntimos de euro; mientras que realizar ese mismo kilómetro en bicicleta supone un ahorro para la sociedad de 42 céntimos de euro. Lo curioso del dato, es que proviene de un país donde el uso del automóvil está sujeto a unas cargas impositivas que lo convierten en un lujo; y ni con eso es capaz de generar una ventaja económica sobre su uso.
Esto no quiere decir que debamos todos en masa empezar a realizar viajes en modo cicloturista, pero sí que nos debería hacer pensar en cómo usamos el coche. Solamente en Copenhague (con un 80% de la población utilizando la bicicleta asiduamente) se consigue un ahorro de alrededor de 200 millones de euros, tocando a unos 150 € por persona.
Y es que el impacto sobre la salud del uso de uno u otro transporte es más que considerable. Hemos visto cómo los coches tienen un impacto económico negativo en términos de salud de entre 200 y 300 euros por cada ciudadano de la Unión Europea, suponiendo un gasto ingente que podría ser fácilmente reducido en estos tiempos de austeridad económica.
El gran problema de Tarija, es que los representantes de los gobiernos municipal y departamental, se llenan la boca con discursos socio ambientales y sobre los tiempos de austeridad pero, simultáneamente, llenan todos los espacios publicitarios con costosos anuncios publicitarios y viajes a Europa.
Mientras tanto, las ordenanzas y las leyes municipales y departamentales, siguen siendo elaboradas por los respectivos órganos legislativos, con el objeto de solucionar los problemas que enfrenta la sociedad pero, al parecer, sin ninguna esperanza de ser cumplidas por los mencionados ejecutivos. Ellos siguen ocupados discurseando sobre las desplatadas gestiones que les ha tocado gobernar.
Pobrecitos, tanto hablan de la falta de recursos de la alcaldía y de la gobernación (todavía las más ricas de Bolivia), que dan ganas de hacer una vaquita para que puedan hacer algo por este pueblo que, visto desde todos los ángulos, se cae a pedazos. ¡Somos el departamento con más violaciones a nivel nacional, y con los políticos más corruptos; somos segundos en el consumo de drogas duras, como la cocaína; y terceros en asaltos y atracos en las calles!
Y aunque no encontré estadísticas sobre la mala educación de sus conductores, cuando las haya, seguramente también estaremos entre los punteros. Como los servidores públicos a cargo del tráfico todavía no han asumido su papel como sus ordenadores y fiscalizadores, Tarija, una ciudad de tamaño mediano, experimenta un caos vehicular de gigantescas metrópolis, como Londres, Nueva York o Buenos Aires.
Y como es de esperar, además del hígado de los conductores, que envejece rápidamente, las otras víctimas son los ciclistas y los peatones, quienes se encuentran en un estado de indefensión alarmante. Si eres ciclista o peatón y quieres pasar una esquina, tienes que esperar que, aunque estén con el semáforo en rojo, pasen todos los vehículos primero porque nadie te cederá el espacio.
Las autoridades, bien gracias. Y aquí no solo hablo de los fantoches ya mencionados, sino también de la policía, que aunque está cada vez más equipada, su eficiencia no ha mejorado con su equipamiento. En realidad, cuando uno más los necesita, ellos están piropeando a las chicas o mandando mensajitos por sus celulares.
La Avenida La Paz, es un ejemplo de lo descrito. Centenas de conductores cometen infracciones por día sin que la policía o la alcaldía haga acto de presencia. Ya murió un ciclista y varios otros fueron atropellados y estas autoridades todavía no aparecen.
De las ciclovías, parqueos para bicicletas, señalética y programas de educación ciudadana, entre otras de las promesas de Rodrigo Paz, todavía nada. No cumplió ni cuando estaba de Presidente del Concejo, ni cumple ahora que esta a cargo de la alcaldía.
Al parecer, la alcaldía y la policía están esperando que más ciclistas y peatones sean atropellados y mueran para recién ponerse a trabajar en este tema