Noticias El Periódico Tarija

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«No escuchar al que te habla, no sólo es falta de cortesía,
sino también de menosprecio. Atiende al que te hable;
en el trato social nada hay tan productivo
como la limosna de la atención»
(Honoré de Balzac)

¡Qué paz se siente cuando eres escuchado! Te sientes como una persona nueva a la que respetan.
Escuchar a alguien es meterse en su mundo interior para respetarle y para que deje que todo lo que tiene dentro, pase como vasos comunicantes a ti.
Debes sentirte orgulloso cuando alguien se te confía. Es señal de que posees la rara capacidad de detener tu tiempo para dedicarlo a otros. Mucha gente dice continuamente que no tiene tiempo para nada, pero si te fijas bien, los que no hacen mucho son quienes más repiten esa palabra frecuentemente.
La persona que ha encontrado a alguien con la que puede comunicarse a niveles profundos, ha encontrado un tesoro. La confianza se gana a golpes de corazón abierto a todos. Es así que te invito a que seas cortés con quien te habla. Experimentarás un gozo tan intenso como cuando caminas por entre los campos alfombrados de diversos colores en la primavera. Sin darte cuenta, te conviertes en un prodigio de persona.
Sí, es cierto. Cada vez que atiendes a alguien, cada vez que te detienes con otro para no pensar más que en él, y dejas tus preocupaciones personales a un lado, te estás ganando el aprecio y la fidelidad de quien te habla.
¡Qué pena que hoy en día, cuanta mayor es la comunicación de la tecnología, más escasa es la escucha de los demás!
No te cierres en banda con tus intereses… no sería humano.