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Si vives la vida mediocremente no serás feliz, la felicidad no viene de vivir la vida improductiva, si vives la vida mediocremente tienes garantizado vivir con el pesar de lo que podría haber sido, lo que podrías haber logrado o lo que podrías haber obtenido si hubieras dado todo de ti en una empresa.
Muchas personas no dan todo de sí mismas hasta que las circunstancias lo ameritan, empiezan a trabajar duro cuando ven que su trabajo peligra, empiezan a cuidar más las relaciones cuando estás ya se están deteriorando, empiezan a dar todo de si cuando están por perder algo solo para no perderlo.
Si siempre das lo mejor de ti en todo lo que haces podrás vivir la vida sin reprocharte ni lamentarte a ti mismo por lo que pudo haber pasado pero no te dio la gana de hacer que suceda.
Si haces menos de lo que puedes hacer dejas espacio a que en el futuro sientas frustraciones, culpas y reproches.
Hacer siempre lo máximo que puedas es una forma de vivir la vida al máximo, de vivir más intensamente, de lograr más en la vida y de no lamentarte por haber desperdiciado tu vida en el futuro.
Aún si fracasas en algo que te propusiste y que deseabas lograr tendrás la conciencia limpia al saber de qué hiciste lo máximo que pudiste, esta es la única forma de que vivas sin remordimientos sobre ti mismo.
La vida es demasiado corta como para vivirla mediocremente, vive con intensidad cada minuto y así no solo lograrás más sino que te alegrarás de haber vivido.