Por. Alfredo Colque Machicado
En los últimos 10 años Tarija ha recibido grandes cantidades de dinero y cualquiera que no conoce Tarija puede pensar y con justo derecho que esta ciudad debe ser igual que Suiza o Dubái, con rascacielos enormes, carreteras y caminos adoquinados en oro, bienes y servicios básicos en sobreabundancia, y su población adinerada, con los empleos mejor remunerados del mundo. Dije cualquiera que no conoce Tarija, porque los que vivimos en Tarija, conocemos y experimentamos otra realidad, nuestra triste realidad, donde la gente en su mayoría es pobre, sin servicios básicos y/o deficientes, donde el 70% de su población no cuenta con vivienda propia, y el desempleo ahoga a su gente que realiza cualquier tipo de trabajo, al precio y costo que sea, a pesar de su profesión, edad o sexo, con tal de no hacer faltar el pan de cada día a sus familias, según el INE (Instituto Nacional de Estadísticas), que presenta datos bondadosos y maquillados, en el primer trimestre del presente año Tarija fue la ciudad con mayor inflación, con 1.7 por ciento revelándose oficialmente como la ciudad más cara de Bolivia, esto se refleja en los precios de los productos de la canasta familiar.
Estamos mal en todo, por ejemplo en relación a la infraestructura caminera somos la ciudad más enclaustrada de Sudamérica, tanto que, no sólo, no tenemos carreteras adecuadas que nos conecten con el resto del país, sino con nuestro propio departamento, estamos tan mal que rezamos para que el único puente (el puente de Tomatitas) que nos conecta con el norte del país, no se caiga, como se cayeron los sueños de desarrollo y bienestar de los tarijeños. Y ni hablar de sus calles vecinales que son un tributo a los paisajes lunares.
También podemos mencionar el crecimiento urbano desordenado de villas miseria, que son un testimonio de que lo único que ha crecido en Tarija gracias al bum del gas, es la pobreza, tanto que más de la mitad de su población vive por debajo de la línea de la pobreza que ha impedido que los tarijeños por la falta de ingresos reales, puedan alcanzar un nivel de vida considerado mínimo, debido a que carecen de bienes y servicios ligados especialmente a la vivienda, que considero es el principal problema ligado a la pobreza, por ejemplo un lote de terreno de 300 mts2, en un precario barrio de Tarija se ofrece por encima de los 50 mil dólares, departamentos y casas de tres ambientes que se ofertan hasta en 150mil dólares y el alquiler de 1 a 2 cuartos con baño compartido hasta en 500 dólares por mes, imagínense lo difícil, por no decir imposible que es tener una casa propia en una ciudad en la que más de la mitad de la población vive con menos de 215 dólares mensuales.
El servicio público de salud, es otro padecimiento de los tarijeños y si bien la población cuenta con un Seguro Departamental de Salud (SUSAT), que debemos reconocer pese a sus deficiencias y recortes en algunas prestaciones es un enorme alivio, sin embargo pese a esto mucha gente tiene que acudir a la solidaridad para atender enfermedades que el paracetamol no puede curar, debido a que este programa, no va acompañado de la infraestructura adecuada porque la que tenemos se cae a pedazos como el hospital San Juan de Dios, lo mismo sucede en relación a especialistas y equipamiento moderno que no tenemos, pero que deberíamos tener por la gran cantidad de dinero que ingreso a nuestro Departamento, pero que lamentablemente fue desaprovechado y derrochado.
Tarija es la ciudad más cara, para absolutamente todo, el pago de alquileres, el precio de los terrenos y las casas, la ropa nueva y usada, el costo de los servicios básicos como la energía eléctrica, que a propósito es la más cara de Bolivia, el precio de los alimentos en la mayoría de los productos de la canasta familiar, una muestra irrebatible de esto es el pan cuyo precio es elevado en relación a su peso que es bajó, veamos en detalle, el pan tiene un precio de 1 Boliviano y su peso es inferior al establecido para este costo, en cambio en otras ciudades como La Paz el pan cuesta 40 y 50 centavos, la diferencia es que tiene el mismo peso que el pan que se comercializa en nuestra ciudad.
Otro ejemplo es el costo de los pasajes que también subió, sin que absolutamente ninguna autoridad haga algo al respecto, peor los ciudadanos que somos cómplices y pasivos, porque no reclamamos cuando sucede esto y pagamos callados, como sucedió con las tarifas de los taxis de bolivianos 3.50 a 5 e incluso más, creo que en Tarija es la única ciudad donde sucede esto, en otras ciudades suben 10 centavos a cualquier producto, peor el transporte y hacen revolución, hasta solucionarlo, en Tarija NO.
Tal vez por eso Tarija Kapital, es la ciudad más cara y pobre de Bolivia.