Un daño subvalorado a nuestro patrimonio natural
Junto a la fragmentación del hábitat, el tráfico de especies, que no es otra cosa que uno de los actos más egoístas imaginables (quitarle la libertad a un animal para diversión personal), es la razón más importante de la extinción de las especies. A esto, además, hay que sumarle el miedo, dolor, maltrato, hambre, sed, frío, etc. que los animales capturados sufrirán antes de morir. Hay que tener en cuenta que, en promedio, 9 cada 10 animales capturados muere antes de llegar a su destino final: una jaula. Y a esto, también hay que sumarle el sinfín de carencias que este animal, el que tuvo la desdicha de sobrevivir, tendrá que sufrir en esa media vida que sus carceleros le brindaran. Literalmente, todas sus necesidades ecológicas (encontrar pareja, comida, hábitat adecuado, etc.) serán intercambiadas por el típico cautiverio, la soledad y una dieta inapetente e inadecuada. En realidad, solo hace falta verle los ojos a un animal en cautiverio para darse cuenta que, a pesar de estar vivo, su vida carece de todos los elementos, instintos y actividades que un animal libre de sus especie puede realizar. Su mejor expectativa es la muerte.
Y la verdad, más allá de si lo compraron, se lo regalaron, lo atraparon ustedes mismo, o lo encontraron abandonado en la calle, etc., es que cuando un animal es sacado de su hábitat natural y alejado de su especie y de su población de congéneres con quien vive, esa extracción se convierte en la pérdida de un individuo para su población, porque nunca más porque nunca más podrá contribuir con nuevos pichones debido a que, ya no se podrá reproducir nunca más. Y no lo hará porque para ello se necesita contar con las condiciones necesarias de alimentación, hábitat, pareja, etc.
En general, muy pocos son los animales que se pueden reproducir en condiciones de cautiverio. Según la Dirección General de Biodiversidad, dependiente del Vice Ministerio de Medio Ambiente, Agua y Cambios Climáticos asevera que, en promedio, de diez animales extraídos de su hábitat natural, nueve morirán antes de llegar a su destino final, que no es otra cosa que una jaula. Y esos pocos que lleguen, muy difícilmente se reproducirán. En general, son contadas las especies que pueden reproducirse en cautiverio. En otras palabras, los que lleguen a la jaula, no contribuirán nunca más con un individuo para la especie.